Esta es la Vieja Azua. La que divisó Colón desde Puerto Hermoso. Tierra del aguerrido Cacique Cuyocaguas. A ocho kilómetros al Sur de la actual Azua. De la época Colonial en Pueblo Viejo sólo quedan los restos de las ruinas de la iglesia y convento de la Merced, y una segunda ruina, que pertenece a un edificio Colonial todavía no identificado.
Estos montículos son los únicos testigos de piedra e la trágica tarde del Terremoto-Maremoto de 1751 que destruyó el antiguo poblado taíno de Cuyocaguas, la hacienda Colonial de Pedro Gallego, quien vivía en Azua, junto a Cuyocaguas desde 1498, ó la Villa “fundada” por Ovando en 1504, pero ya para el 1502, cuando Diego Méndez llega a Azua, en busca de Ovando, se entrevistó “en la provincia de Azoa con el Comendador y Mariscal Pedro Gallego, dueño de la hacienda Compostela”.
Esto significa que los que hablan de la “Fundación de Azua en 1504” deben hacer constar que lo que en este año ocurre es que Azua es elevada a la categoría de Villa, por órdenes del Rey y para procurar su repoblación, luego de ser diezmados sus caciques y nitaínos en la Matanza de Jaragua.
Azua era una “provincia” con prósperos hacendados como Pedro Gallego, quien es el que promueve que a Azua, nombre taíno, se le sume el nombre español de Compostela, nombre que tenía su hacienda.
Así pasó la Azua de Cuyocaguas, a llamarse Villa de Compostela de Azua, a partir de 1504. Estas ruinas, hoy están en listadas por la UNESCO para su posible declaración como “patrimonio de la humanidad”, pero en las condiciones en que están, posiblemente no se logre tal beneficio trascendental.
Las ruinas han sido invadidas por vecinos, y en sus alrededores, se han colocado hasta pocilgas de cerdos, y aunque algunos gestores han llamado la atención de las autoridades políticas, no se ha tomado ninguna acción para rescatar dicho lugar.