Bonao, RD.-Fueron sepultadas las víctimas del triple homicidio ocurrido en Bonao, dos de las cuales no pudieron ser veladas por el estado de descomposición en que quedaron.
En el cementerio de Rincón de Yuboa, provincia Monseñor Nouel, yacen los restos de María Portorreal, de donde era oriunda una de las víctimas del triple homicidio ocurrido el pasado martes en Bonao.
A Portorreal, como a las demás víctimas, no hubo tiempo de realizarle velatorio por el estado en descomposición tras el brutal ataque a tiros de Carlos Campusano.
Su madre Cristina Portorreal, en medio del dolor por su perdida, asegura no guarda rencor y sólo desea el arrepentimiento del hombre que acabó con la vida de su hija, con quien llevaba más de un año de relación.
La víctima deja cinco hijos en la orfandad, de una relación anterior.
Mientras que los vecinos de Villa Liberación en Bonao, donde residía María Portorreal, aseguran su verdugo la celaba constantemente.
Asimismo, la comunidad se mantiene sumida en la conmoción, se espera que en lo adelante el homicida sea sometido a la justicia.
En ese sentido, Francisca Esmeralda García, hija del triple homicida de Bonao y de una de las víctimas, narró que su padre amenazaba con matarlos para que su madre regresara a la relación.
La versión de la hija coincide con la ofrecida por su hijo Víctor Alfonso García, también herido en el incidente, quien dijo que Carlos Campusano «quería estar con las dos», con su esposa y con su amante.
Ambos hijos describen al triple homicida de Bonao como violento en la casa y “alma de Dios” en la calle.