La sexualidad humana no solo la vemos hacia la procreación, sino hacia el placer. En el caso de parejas que ya han tenido sus hijos, pueden continuar teniendo un buen deseo sexual, si lo viven cultivando y si se asume que los seres humanos somos seres  sexuados desde el nacimiento hasta la muerte.

En la escala evolutiva, los humanos conformamos la especie que divide en el sexo la reproducción del placer y que realizamos relaciones sexuales no sólo en periodo de ovulación, sino en prácticamente todo el ciclo.

Los humanos podemos realizar el amor con miras al placer, siendo esto notorio en diferenciar la sexualidad de otros animales.

De ese modo superamos la procreación y podemos vivenciar una buena sexualidad, no sólo en la juventud, sino también en la edad adulta y vejez, reforzando la afectividad y la pasión como motivadoras de la Respuesta Sexual Humana.

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