Los pacientes reducen a la mitad sus gastos de tratamiento cuando consiguen ser trasplantados.

Santo Domingo, RD.-El reemplazo de un riñón se convierte en la única vía para dejar atrás las terapias y los costos asociados, permitiendo a los pacientes retomar un estilo de vida más similar al que tenían antes de que sus órganos presentaran deficiencias. Sin embargo, el trayecto a recorrer para lograr el trasplante no resulta para nada fácil.

Braulio Abreu, uno de los compañeros de Cristino Fernández en el hospital Ney Arias Lora, es un vivo ejemplo de ello. Con una edad de 35 años, dice sentirse “como los viejitos de antes: aguantado”, mientras recibe la terapia de hemodiálisis de la que depende desde que se enteró que padecía de insuficiencia renal en 2007.

Un amigo suyo calificó para ser su primer donador en 2013, proceso que le requirió al joven un año de preparación para los estudios e inversión que conllevaría. Luego de pasar su seguro, la cuenta en el hospital le hizo poco más de RD$109,000, aunque recuerda que quien se trasplantó sin seguro hace nueve años “debía contar con uno o dos millones de pesos”.

Braulio llevó una medicación y una dieta regulada que contribuía a que ese nuevo órgano se adaptara a su sistema endocrino, hasta que su organismo comenzó a producir un anticuerpo llamado inmunoglobulina A, lo que fue dificultando su función. Esto desencadenó lo que se conoce como glorumeronefritis por IgA o enfermedad de Berger, lo que le hizo perder el riñón tres años y medio después.

“Cuando era pequeño, y así lo recuerdo, me daban muchas infecciones. Mis padres recurrían, obviamente, a los antibióticos. Parece que eso me forzó el riñón a muy temprana edad, pero a muchos compañeros se les daña (el trasplante) por diferentes causas”, reflexiona.

En 2019, Braulio volvió a intentarlo con un segundo injerto. Este trasplante le fue mucho más barato: RD$28,000. Aunque no lo recuerda con exactitud, entiende que su seguro médico privado debió cubrir entre RD$400,000 y RD$600,000 para que se realizara.

RD$120,000

El primer mes que precede a un trasplante renal, el costo de los medicamentos puede oscilar entre RD$80,000 y RD$120,000.

En el primer mes de tratamiento posoperatorio, los costos de los medicamentos son elevados. “Los primeros días uno bebe pastillas”, dice haciendo un gesto con la mano que indica que son muchas. “Luego se van regulando según los niveles que uno alcance, pero yo diría que osciló entre los RD$80,000 a RD$120,000”.

Al respecto, el nefrólogo Alfredo Polanco explica que, pese a que la inversión en fármacos comienza a disminuir tres meses después de la operación, durante el primer año del tratamiento, los medicamentos equivalen al gasto anual de la diálisis. “Pero después ya el costo se abarata”, pasando a ser menos de la mitad transcurrido el segundo año.

“Este dato es importantísimo. Al Estado le conviene tener la mayor cantidad de pacientes trasplantados, porque en vez de gastar RD$60,000 (mensuales) en diálisis va a gastar RD$30,000, y ese paciente va a tener una vida productiva muy diferente a estar aquí (en el hospital) tres veces por semana, cuatro horas”, resalta el galeno.

RD$30,000

Un paciente puede gastar hasta RD$60,000 en una terapia de diálisis, costo que se reduce hasta RD$30,000, en caso de trasplantarse.

Para la cantidad de pacientes con enfermedad renal crónica en República Dominicana, los trasplantes renales son muy escasos: solo se han realizado 1,345 desde 1972 hasta junio del 2022, registra el Instituto Nacional de Coordinación de Trasplante (Incort). El país ha realizado una media de 27 trasplantes renales por año en casi cinco décadas.

Tras esas cifras se oculta una constante: la negativa familiar. En el primer semestre de este año, el 80% de las familias con algún pariente que falleció de muerte encefálica rechazó que los órganos de su ser querido fueran donados. La principal causa de esto es la preservación de la integridad del cadáver, siguiéndole a esto la premura en la entrega del cuerpo, motivos religiosos, rechazo a la donación o desacuerdo entre los dolientes.https://e.infogram.com/3dfa3068-e48f-4273-8ccc-b886525ef74e?parent_url=https%3A%2F%2Feldinero.com.do%2F209292%2Ftrasplante-renal-lo-que-implica-salir-del-quirofano-si-es-que-accede%2F&src=embed#async_embedUser Dashboard
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El decreto 436-14, que establece el reglamento de Donantes Vivos Relacionados y de Cadáveres para el Trasplante de Órganos y Tejidos conforme a la Ley 329-98 establece en su artículo 60 que, luego de establecerse el diagnóstico clínico de muerte cerebral en pacientes potenciales, “el coordinador de trasplantes o los profesionales encargados de la atención del paciente fallecido deberán informar a los familiares y solicitarle la donación de los órganos”.

Estas dos normativas señalan que, cuando el donador potencial fallece sin dejar constancia escrita de su oposición a este procedimiento, los familiares pasan a ser “disponentes secundarios” de los órganos y tejidos de su pariente y deberán certificar por escrito su consentimiento para que sea posible la extracción.

Para su segundo trasplante, Braulio “no tuvo que esperar tanto” porque, en el centro médico donde se atendía, conocían su caso. Así se enteró de la disponibilidad de un órgano que provenía de una persona que había presentado muerte cerebral.

Por desgracia, el alivio duró poco: su cuerpo rechazó el riñón a los 10 meses.Pese al contexto actual y a las dificultades que ha venido encarando con su salud, Braulio dice, sin titubear, que se trasplantaría de nuevo si contara con la oportunidad.

Prevención ERC: una necesidad

Paciente en unidad de hemodiálisis, enfermedad renal
República Dominicana carece de programas que prevengan la enfermedad renal crónica e inviten al cuidado de los riñones. | Alexis Álvarez, elDinero.

Tanto para los pacientes como para el personal médico de salud y, en última instancia el Estado, la prevención de la enfermedad renal crónica (ERC) es la alternativa más costo efectiva a la que se puede recurrir.

República Dominicana carece de iniciativas públicas orientadas al cuidado del riñón y a la detección temprana de la enfermedad. Así lo confirma a elDinero la presidente de la Sociedad Dominicana de Nefrología (Sodonefro), Wanda Rodríguez, quien defiende que la condición de salud requiere más que tratar el paciente cuando ya se encuentra en una etapa avanzada.

“La enfermedad renal es asintomática. Por ende, un examen de orina que presente proteína (…) ya es un signo de que hay una condición renal. En la etapa inicial (de la enfermedad), muchas veces vas a encontrar un mínimo signo para identificar y referir”, explicó.

Detalla que en la actualidad, cuando el paciente llega a consulta con un nefrólogo y muestra un síntoma, es porque ya la función renal se encuentra comprometida en más de un 50%, razón por la cual tanto los cardiólogos como los diabetólogos deben indicarle a sus pacientes una consulta con el nefrólogo por lo menos una vez al año.

En ese sentido, sostuvo que la Sodonefro comprometió a tres laboratorios para que, en las analíticas de chequeo de estos dos grupos de riesgo, realicen un estudio sobre la tasa de filtración glomerular (TFG), que consiste en un análisis de sangre para determinar cuánta sangre por minuto pasa por los riñones.

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Por El Dinero