Una joven de 26 años puso en riesgo su vida tras haber ingerido intencionalmente unas dos cucharas de cafeína en polvo. Según los médicos, tuvo mucha suerte de sobrevivir.
El estudio de un nuevo caso clínico en Reino Unido ha vuelto a alertar sobre los peligros del consumo de cafeína en polvo, un producto que ha llegado a prohibirse en algunos países por estar vinculado a varias muertes tras su consumo en exceso. La Agencia de Medicamentos y Alimentación de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) asegura que una sola cucharada de cafeína en polvo equivale a unas 28 tazas de café, indica ScienceAlert.
El informe, publicado este mes en la revista BMJ Case Reports, detalla la situación de una paciente de 26 años ingresada de urgencia tras haber ingerido intencionalmente 20 gramos de cafeína en polvo (aproximadamente dos cucharadas). Su frecuencia cardiaca era anormalmente rápida y tenía la presión arterial baja. Según los autores, la ingesta de más de 1-2 gramos causa “efectos tóxicos significativos” y se han producido “sobredosis fatales” con más de 5 gramos de esta sustancia, por lo que la cantidad tomada por la joven ponía en riesgo su vida.
Un electrocardiograma reveló taquicardia ventricular polimórfica y otros exámenes mostraron acumulación de ácido en su cuerpo (acidosis metabólica) y un desequilibrio entre el dióxido de carbono y el oxígeno en la sangre (alcalosis respiratoria). Esta situación llevó a los especialistas a iniciar un tratamiento de reemplazo de líquidos y electrolitos, pero la condición de la paciente no mejoró y tuvo que ser trasladada a cuidados intensivos; allí permaneció bajo hemodiálisis y con un respirador mecánico.
Con un nuevo esquema de medicación, basado en bicarbonato intravenoso, sulfato de magnesio y carbón activado (para eliminar las toxinas de sus riñones), entre otros, la condición de la paciente mejoró tras una semana. No obstante, los médicos aseguran que esa mujer tuvo mucha suerte de sobrevivir al incidente porque la concentración de cafeína en su sangre había alcanzado los 147,1 miligramos por litro (mg / L), cuando se han documentado casos letales con apenas 80 mg / L. Lo más sorprendente es que la detección ocurrió horas después de su ingestión, por lo que la concentración máxima podría haber sido aún mayor.