Científicos de la Universidad de California (EE.UU.) descubrieron una de las razones por las que algunas personas envejecen más deprisa o más despacio que otras que han vivido el mismo número de años, aunque lleven un estilo de vida similar. Resultó que el culpable del envejecimiento prematuro y de los problemas de la piel puede ser cualquier pastel o té dulce.
Según un estudio publicado en la revista médica JAMA Network Open, consumir grandes cantidades de alimentos cargados de azúcar acelera el envejecimiento biológico y empeora las afecciones cutáneas, aunque el resto de la dieta que se ingiera siga siendo saludable.
La edad biológica y el reloj epigenético
Mientras que la edad cronológica es una unidad condicional que apenas nos dice nada sobre el estado de salud de una persona, la edad biológica es el estado del organismo, evaluado por la totalidad de los procesos metabólicos que tienen lugar en él. Esta cifra puede diferir significativamente de la edad real.
Como proceso complejo, el envejecimiento se caracteriza por diversos cambios a nivel celular, subcelular y nuclear, y uno de sus indicadores es el envejecimiento epigenético. En este caso, los patrones de metilación del ADN, es decir, el proceso biológico que activa o desactiva determinados genes sin alterar la estructura de la molécula, han pasado a utilizarse como medida de la edad biológica.
Para determinar la edad biológica de un tejido, una célula o un órgano completo, los científicos utilizan un análisis molecular especial: el reloj epigenético. Se trata de un conjunto de cambios temporales en el ADN que pueden mostrar a qué velocidad envejece una persona y cuán susceptible es a las enfermedades relacionadas con la edad.
Azúcares naturales y añadidos
Se sabe que la dieta, el estilo de vida, la genética y las enfermedades influyen en el ritmo del reloj epigenético de toda persona. Al mismo tiempo, la velocidad de envejecimiento depende sólo en 20 % de la genética de la persona y en más de 80 % de factores epigenéticos como dormir lo suficiente, la nutrición, la actividad física, el medio ambiente, etc. Resulta que el azúcar también puede desempeñar un papel en esto.
Los azúcares naturales se encuentran en alimentos no procesados, como frutas, verduras, frutos secos, legumbres, leche y otros, y en todo caso no se añaden durante el procesamiento o en la preparación de alimentos listos para el consumo. Ejemplos de azúcares naturales son la fructosa de las frutas, la lactosa de los productos lácteos, la glucosa, etc.
El azúcar añadido es cualquier azúcar que se añade a los alimentos preparados, o incluso simplemente al té o café. La miel, los jarabes, la melaza, el zumo de fruta concentrado, el azúcar común o el azúcar de caña, son azúcares añadidos muy calóricos, que no contienen nutrientes y se digieren rápidamente en el organismo, elevando drásticamente los niveles de azúcar en sangre.
¿Qué revela el estudio?
El análisis de las dietas de 342 mujeres blancas y negras de mediana edad reveló que las que consumen grandes cantidades de azúcar añadido tienen células de aspecto ‘más envejecido’. Los científicos descubrieron que el azúcar añadido puede alterar los interruptores epigenéticos asociados al envejecimiento más rápidamente de lo que los alimentos saludables pueden desactivarlos.
“Dado que los patrones epigenéticos parecen ser reversibles, puede que la eliminación de 10 gramos de azúcar añadido al día sea similar a retrasar el reloj biológico en 2,4 meses, si se mantiene en el tiempo”, resumió Barbara Laraia, coautora principal del estudio y profesora de la Universidad de California.
“Centrarse en alimentos ricos en nutrientes claves y bajos en azúcares añadidos puede ser una nueva forma de ayudar a motivar a la gente a comer bien para la longevidad”, añadió.
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