La sociedad y la familia no nos preparan adecuadamente para aceptar pérdidas,  seguir viviendo y encontrar un nuevo proyecto de vida. 

La posibilidad de perder un empleo, quebrar un negocio, ser embargado y perder bienes: son posibles pérdidas cotidianas. 

Otras pérdidas pueden ser en la salud o perder un ser querido. Podemos perder la libertad como en la actual pandemia o sentir que se ha pisoteado nuestro honor.

Aceptar una pérdida es ganar la batalla al proceso del duelo que sentimos, al perder algo valioso para nosotros. Recuperar la vida, crear nuevos planes y disfrutar a plenitud la vida con ganas de seguir viviendo. 

Al recuperar el sentido de la vida recuperamos la salud emocional y la felicidad. Somos un impacto positivo a nuestros amigos y familiares que ven como la esperanza y una nueva vida nos dan un nuevo proyecto vital. 

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