Azua, RD.-Para poder sostenerse, envejeciente de Ocoa recoge botellas en las calles para venderlas.
Carmen Meléndez, de 84 años y sentada en su mecedora, relata cómo ha sido su vida: en su residencia ubicada en el distrito municipal Palmar de Ocoa. Desde que llueve, tanto ella como su pareja, un anciano no vidente, se mojan como dos pollitos.
Dice doña Carmen que no sueña con una casa de lujo, sino en una vivienda sencilla y que no represente ningún peligro.
Doña Carmen sale cada mañana a recoger botellas para venderlas y así poder comprar alimentos.
La envejeciente narra que a pesar de sus limitaciones no ha perdido su espíritu de alegría, el cual le dio el valor y la gracia de entonar un canto de su propia autoría.
Dijo que en su casa nada funciona. La cama es un agujero, la nevera y el televisor están dañados, y como estufa, cuenta con un viejo anafe.