Esta actividad genera medio millón de empleos en el país, según un informe del Ministerio de Economía.

Un nuevo informe del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) revela una disparidad significativa en el acceso a la cultura entre la zona fronteriza de República Dominicana y el resto del país. Aunque la economía naranja, basada en la creatividad y la cultura, aporta un 1.5% al producto interno bruto (PIB) y genera medio millón de empleos, o sea, el 12.5 % de la fuerza laboral dominicana, la zona fronteriza está rezagada en infraestructura cultural y acceso a actividades creativas.

La economía naranja se fundamenta en sectores donde la producción y distribución de sus bienes y servicios proviene de la creatividad o la propiedad intelectual. Esta economía otorga al talento, intelecto y cultura un espacio que propicie la explotación de las habilidades innatas y adquiridas de los individuos de una sociedad, guiadas por la herencia cultural de su entorno y la tecnología.

Según el informe: “Monitor de la Frontera“, de junio de este año, mientras el 45% de los dominicanos disfrutan de actividades culturales como ir al cine, los habitantes de la zona fronteriza no cuentan con ninguna sala de cine en su territorio. Por lo que esta carencia limita su acceso a contenidos culturales y educativos diversos.¿

Asimismo, aunque la zona fronteriza presenta una mayor densidad de bibliotecas públicas por cada 100,000 habitantes en comparación con el resto del país, la distribución de estas es desigual. La mayoría se concentra en ciertas provincias y muchas no cuentan con recursos adecuados.

Además de la falta de cines y bibliotecas, la zona fronteriza carece de espacios adecuados para la realización de actividades culturales y artísticas. Espacios como el Casino de Jimaní, que podrían ser aprovechados para promover la cultura, se encuentran en manos privadas.

A pesar de contar con un rico patrimonio cultural, como cavernas con arte rupestre y monumentos históricos, la zona fronteriza no ha logrado aprovechar al máximo este potencial. La falta de promoción y de una estrategia de desarrollo cultural integral limita el impacto económico y social de estos recursos.

El informe destaca la importancia de potenciar la producción y exhibición de películas, mejorar la infraestructura bibliotecaria y promover el patrimonio cultural de la zona fronteriza. Estas acciones no solo contribuirían a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región, sino que también podrían impulsar el desarrollo económico local.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señala que, en la región del Caribe, solo el 25% de los sitios culturales y patrimoniales se utilizan de manera eficiente, por lo que es necesario invertir en la promoción y el mantenimiento de estos espacios para aprovechar al máximo su potencial económico y cultural.

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Por El Dinero