Se confirma la eliminación progresiva del 99 % de las sustancias que adelgazan la capa de ozono, disminuyendo la exposición del hombre a los rayos ultravioleta, según un nuevo informe respaldado por Naciones Unidas.
Dentro de las próximas cuatro décadas, la capa de ozono podría recuperarse y la eliminación progresiva de sustancias químicas que la agotan contribuye a mitigar el cambio climático, concluye un comunicado emitido este lunes por un grupo de expertos respaldados por la ONU.
El Protocolo de Montreal de 1987, un acuerdo ambiental que regula las sustancias químicas que agotan la capa de ozono, está dando frutos. En un informe que se publica cada cuatro años, el panel de especialistas, que incluye a investigadores de varias instituciones mundiales, confirma que la eliminación progresiva de casi el 99 % de las sustancias que adelgazan la capa de ozono contribuyó a la significativa recuperación de la capa de ozono en la estratosfera superior, disminuyendo la exposición humana a los rayos ultravioleta.
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De acuerdo con el informe, si la humanidad mantiene sus políticas ambientales actuales, el escudo de ozono podría volver al nivel de 1980 para 2040. No obstante, en la Antártida y el Ártico, donde la capa de ozono es más delgada, se alcanzaría esa marca en 2066 y 2045, respectivamente.
“Según el último informe cuadrienal, la capa de ozono se está recuperando, lo que es una fantástica noticia. Nunca se destacará lo suficiente hasta qué punto el Protocolo de Montreal ha contribuido a la mitigación del cambio climático. En los últimos 35 años, el Protocolo se ha convertido en un verdadero defensor del medio ambiente”, señaló Megumi Seki, secretaria ejecutiva de la Secretaría del Ozono del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
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Por otra parte, las restricciones impuestas por el Protocolo tienen un impacto positivo en el medioambiente, dado que desde 2016 exige la reducción de la producción y utilización de algunos hidrofluorocarbonos, lo que debería mitigar el calentamiento global entre 0,3 y 0,5 °C para el año 2100.
El agujero de ozono se descubrió en 1985 y científicos advirtieron sobre las terribles consecuencias que podría generar el agotamiento de la capa protectora de la Tierra.
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