Un nuevo estudio de geociencias llena una brecha de tiempo de 87 millones de años, sin que se dispusiera antes de evidencias fósiles acerca de este “títere de calcetín sin ojos y con cuerpo de un gusano”.

Un equipo de paleontólogos informó del descubrimiento en Arizona, EE.UU., de los más antiguos e “inconfundibles” fósiles de cecilias (el tercer grupo de anfibios, además de las ranas y las salamandras), los más viejos conocidos de su tipo. El hallazgo extiende el registro fósil histórico de este grupo en aproximadamente 35 millones de años, hasta el período Triásico, que se inició hace 250 millones de años y acabó hace 200 millones. También puede cambiar lo que los paleontólogos saben sobre la historia evolutiva de los anfibios, comunicaron este miércoles los especialistas. 

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Un espacio vacío en el registro fósil

Estudios genéticos permitieron estimar el origen evolutivo de las cecilias en las eras Carbonífera o Pérmica, hace unos 370 millones a 270 millones de años. Sin embargo, solo se tenían registros de 10 cecilias fósiles, cuya datación se remonta al Período Jurásico Temprano, hace unos 183 millones de años. Esta situación marcaba una brecha de tiempo de 87 millones de años, sin que se dispusiera de otras evidencias fósiles.

Un descubrimiento único en la vida

“El descubrimiento de los fósiles cecilianos más antiguos destaca la naturaleza crucial de la nueva evidencia fósil. Muchas de las preguntas más importantes en paleontología y evolución no se pueden resolver sin fósiles como este”, comentó Ben Kligman, un estudiante de doctorado en el Departamento de Geociencias de la Facultad de Ciencias de Virginia Tech, EE.UU. Kligman descubrió el primero de los 70 fósiles de cecilias, desenterrados, durante una excavación que comenzó en 2019 y terminó en 2022, en el Parque Nacional del Bosque Petrificado de Arizona.

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El pequeño fósil se encontró en una capa que data de hace aproximadamente 220 millones de años, “cuando Arizona estaba ubicada cerca del ecuador, en la parte central del supercontinente Pangea”, explicó Kligman. “Los cecilianos fósiles son extraordinariamente raros y se encuentran solo accidentalmente cuando paleontólogos buscan fósiles de otros animales más comunes. Nuestro descubrimiento de uno de ellos fue totalmente inesperado y transformó la trayectoria de mis intereses científicos”, subrayó Kligman.

“Ver la primera mandíbula bajo el microscopio, con su distintiva doble fila de dientes, me provocó escalofríos en la espalda“, dijo Kligman. “Inmediatamente supimos que era un ceciliano, el fósil de ceciliano más antiguo jamás encontrado, y un descubrimiento único en la vida”.

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Gusanos divertidos

Los cecilianos modernos viven casi exclusivamente en América del Sur y Central, África y el sur de Asia. Tienen cuerpos cilíndricos, sin extremidades y con un cráneo compacto en forma de bala, que los ayuda a excavar en la hojarasca o en el suelo en busca de presas como gusanos e insectos. Kligman, irónicamente, describe a los cecilianos modernos como un “títere de calcetín sin ojos y con el cuerpo de un gusano”.

Kligman bautizó al fósil como Funcusvermis gilmorei, inspirado en la canción ‘Funky Worm’, de 1972, del grupo Ohio Players,  que a menudo escuchaba mientras excavaban fósiles. ‘Funcus’ se deriva de la forma latinizada de la palabra inglesa Funky, para la forma alegre y rítmica de la música de baile, mientras que ‘vermis’ se deriva de la palabra latina para gusano. “Como dice la canción del mismo nombre, es el gusano más divertido del mundo“, bromeó Adam Marsh, paleontólogo principal que participó en el estudio, publicado este miércoles en Nature. 

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