“Es evidente que hay una reacción. […] La población se está desplazando hacia la derecha”, señaló el presidente emérito del Instituto Ifo.
Alemania es de nuevo el “hombre enfermo de Europa“, declaró este lunes a CNBC el presidente emérito del Instituto Ifo, Hans-Werner Sinn, refiriéndose a los desafíos económicos a los que se enfrenta últimamente el país.
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Este término era ampliamente usado para describir la compleja situación de la economía alemana en 1998 tras la reunificación, y en las últimas semanas ha vuelto a popularizarse debido al declive de la producción manufacturera y el aumento drástico de los precios de la energía.
El analista sostuvo que tal descenso no representa un fenómeno a corto plazo, particularmente en lo que respecta a la “producción automotriz, que es el corazón de la industria alemana y de la que dependen muchas cosas”. De acuerdo con las estadísticas oficiales, los coches fueron el principal producto de exportación el año pasado, constituyendo el 15,6 % del total.
Anteriormente, Bundesbank había revelado que el producto interno bruto (PIB) registró crecimiento cero en el segundo trimestre de 2023, en comparación con el anterior. Entre los principales factores que empeoran la situación económica, se señalan la débil demanda externa y los mayores costes de financiación.
¿Cómo la energía renovable afecta a la economía?
Además, Sinn indicó la incertidumbre de los inversores alemanes frente a la aspiración del Estado de alcanzar el carbono neutro para 2045. La reducción en el suministro de gas ruso al país disparó los precios y, según el Gobierno alemán, se mantendrán elevados durante varios años.
De acuerdo con Sinn, la transición a fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar, crearía “un problema de volatilidad“, obstaculizando la actividad de las empresas y empujándolas a trasladar su producción a los países con precios de gas y electricidad menores, tales como EE.UU. y Arabia Saudita.
Si esto ocurre, Alemania podría perder entre el 2 % y el 3 % de su capacidad industrial actual. “Es un doble coste. Es un coste energético elevado y no es bueno para la industria. Es un camino difícil”, expresó el economista.
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Todo esto influye en la opinión pública, provocando la decepción con la economía verde debido a los efectos de elevación de costos con estos cambios. Sinn supone que esta carrera por cumplir los objetivos de desarrollo sostenible causaría consecuencias políticas.
“Es evidente que hay una reacción. […] La población se está desplazando hacia la derecha“, señaló el analista. “No me estoy moviendo para evaluar nada aquí, pero […] las políticas fueron, por razones ideológicas, completamente sobredimensionadas. […] El pragmatismo está un poco ausente en la política actual”, añadió.
Según la encuesta DeutschlandTrend realizada en junio de este año, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ocuparía el segundo lugar en intención de voto. Asimismo, solo uno de cada cinco ciudadanos está satisfecho con la actuación del Gobierno federal.
