El coronavirus sigue haciendo que nos quedemos en casa y aquí otra sugerencia para ver en el hogar.
Desde el principio de la primera temporada, “Fleabag” se asegura de que su público sepa que no rehuirá de la blasfemia o de lo profano. Si alguna vez hubo una serie de televisión que te dice exactamente lo que va a ser desde el principio, es Fleabag.
El episodio piloto comienza con una conversación sincera (y una secuencia clasificada R) de Fleabag teniendo sexo anal con su amante (a quien nunca se le da un nombre y sólo se le acredita como “Tipo del C**&”).
Pero, aunque Fleabag es frecuentemente chistosa y divertida, también se las arregla para ser perspicaz, conmovedora y a veces verdaderamente desgarradora.
Normalmente detesto el tropo de la cuarta pared, pero la creadora, escritora y estrella Phoebe Waller-Bridge lo utiliza para perfeccionar el efecto.
Nos da un vistazo al verdadero corazón y alma de la protagonista del programa, algo que muy pocas personas en su vida consiguen.
EN DETALLE
Valoración
Fleabag está sola y terriblemente triste, viviendo con un nivel casi insoportable de culpa y vergüenza. Es un nervio crudo, ahogándose en malas elecciones y arrepentimientos y sintiendo que se merece cada gramo de dolor que siente.
Una de las mejores series de los últimos años.