Raúl Féliz dice que los incentivos son positivos, pero cree que deben ser reenfocados hacia los innovadores.
Santo Domingo.- Los elogios que recibe constantemente República Dominicana, gracias a su crecimiento económico sostenido, marcando un 5% promedio anual, así como un orden institucional cada vez más fortalecido, pudieran generar una ilusión, casi justificada, que pone a las autoridades en riesgo de no visualizar con más atención las necesidades futuras para convertir esos buenos indicadores en desarrollo hacia el futuro del país.
En tal sentido, el economista dominicano radicado en México, Raúl Féliz, aprovechó su conferencia en el Foro Económico elDinero 2024 para invitar a todos los actores económicos y sociales de República Dominicana a reflexionar, a los fines de no caer en lo que se conoce como “la trampa de los ingresos medios”.
Se refiere a lo que ha ocurrido con varios países de América Latina, como México, Brasil, Chile, entre otros, que mostraron un crecimiento sostenido durante dos, tres y hasta cuatro décadas, pero luego llegaron a un tope que les impidió continuar con esos indicadores favorables y quedándose rezagados sin llegar al desarrollo.
Eso está ocurriendo con República Dominicana, que muestra un crecimiento que duplica el promedio de los países de América Latina y ha estado así desde la década de los años 90, con algunas excepciones rápidamente superadas.
En su conferencia “Cómo convertir el crecimiento económico en desarrollo”, Féliz planteó que el problema está en que se ha sustentado ese crecimiento en inversión, dejando de lado la necesaria innovación para ser más competitivos.
Para superar esta situación, el economista sugiere una especie de variación de la estrategia de crecimiento, con base en el cambio de los sectores que reciben incentivos o exenciones tributarias de parte del Estado. No es que se eliminen las exenciones, sino que se focalicen hacia sectores emergentes e innovadores, dejando de concentrarse en aquellos que parecen enquistados en la producción con baja competitividad.
Retos por delante
“Hay muchos temas, como el tema del entorno macro, que es el tema fiscal”, dijo el economista. Aunque recordó el fracaso del intento de aprobación de una reciente reforma fiscal, Féliz expresó su esperanza de que eso se va a resolver en el futuro, a los fines de que el país consiga mejor calificación crediticia y llegue a lo que se conoce como grado de inversión.
“Pero, aun suponiendo que eso se resolviera, el otro gran tema de la parte fiscal, es el tema de los incentivos”, dijo Féliz. A ese tema le dedicó amplio espacio en su exposición.
Puso como ejemplo el caso de México, que durante una etapa de tres a cuatro décadas creció a un ritmo promedio anual de 6% a 7%. En ese período tenía una inflación de menos de 1.5%, menor a la de Estados Unidos y una estabilidad cambiaria constante.
Su producto interno bruto (PIB) llegó a ser el 46% que el de Estados Unidos. Incluso, realizó a finales de los 60 unas olimpíadas, algo que demanda gran inversión. Incluso solo dos países (Brasil posteriormente) han realizado ese tipo de eventos en América Latina.
Féliz recordó la historia similar de Brasil, que entre los años 50 y los 80 registraba un crecimiento económico promedio de más de 5% anual, llegando su PIB a ser equivalente al 20% del que tenía Estados Unidos. “Ahora es el momento de República Dominicana”, dijo Féliz en su exposición ante representantes del Gobierno y del sector empresarial, especialmente industrial del país. Agregó que el crecimiento sostenido en este país se inició a partir de las reformas económicas de principios de los años 90.
“En este período que todos celebramos, vemos una tasa de crecimiento del PIB per cápita de 4.5%”, expresó. “Esto nos da un 5.6% en términos del crecimiento del PIB total, no per cápita”, manifestó, con lo cual ve un comportamiento similar al que registró México en sus años de bonanza, y luego se estancó.
Hay que cambiar a los destinatarios de los incentivos fiscales
El economista Raúl Féliz expresó su cuestionamiento a la política de incentivos que se realiza en República Dominicana. Fue específico en defender los incentivos, pero no así su destino, pues considera necesario un reenfoque en ese sentido.
“¿Son necesarios los incentivos?”, se preguntó el economista. Se respondió a sí mismo que sí. “Pero la pregunta no es si son necesarios, la pregunta es: ¿qué tipo de incentivos necesitamos”, agregó durante su exposición en el Foro Económico elDinero.
Invitó a reflexionar si los incentivos que se necesitan son “los mismos de siempre, para apoyar a los mismos de siempre”, o si, por el contrario, se precisan incentivos a nuevos sectores “para apoyar lo que el país necesita para convertirse en un país desarrollado”.
Con un estilo moderado, aunque bien enfocado en la realidad, Féliz hizo un esfuerzo en no crear disgusto entre los representantes de sectores productivos que se sustentan en incentivos o exenciones tributarias, pero que ya están en una etapa de estancamiento, dado que no han sido lo suficientemente innovadores como para mejorar su competitividad.
Recordó que lo sucedido en México y Brasil, que crecieron de forma sostenida durante décadas y luego se estancaron, fue porque “muchas políticas que durante 20 y 30 años en esos dos países, eran necesarias y exitosas, luego no se cambiaron cuando tenían que haberse cambiado, y siguieron viviendo con un sistema de incentivos que ya no era necesario y que frustró esa posibilidad de desarrollo de sus economías”.
Comparaciones
Para mostrar con más claridad lo que en términos macroeconómicos debe hacer República Dominicana para evitar la trampa de los ingresos medios que afectó a América Latina, Féliz hizo comparaciones con otras naciones, que hoy muestran buenos niveles de desarrollo, aun cuando hace 30 o 40 años eran más atrasados que República Dominicana.
Esos son los casos de Taiwán, Corea del Sur, Singapur, los cuales muestran renta per cápita, incluso, más alta que la de Estados Unidos. A esos países asiáticos no les pasó lo que a América Latina, es decir, no fueron víctimas de la trampa de los ingresos medios. “Entonces, la gran pregunta es: ¿qué nos va a pasar a nosotros?”, dijo.
“La clave es que, si queremos ser una economía desarrollada, no debemos cometer los mismos errores en que cayeron Brasil y México, sino que deberíamos mirar hacia qué hizo Corea, qué hizo Taiwán, qué hizo Singapur”, agregó el economista dominicano.
Bases del crecimiento
Féliz coincidió con un planteamiento presentado por la representante local del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Katharina Falkner-Olmedo, también en el Foro Económico elDinero 2024, en el sentido de que República Dominicana ha crecido mucho, pero ha sido con base en un esfuerzo de inversión masivo.
“Al mismo tiempo que hemos invertido muchísimo, la productividad en el país no ha mejorado”, expresó Féliz. Agregó que en el caso de China hay un esfuerzo de inversión masivo, pero, al mismo tiempo, con un crecimiento extraordinario de sus niveles de productividad.
“Porque las cosas se pueden confundir”, dijo. “Se puede decir que los dos están creciendo, pero no están creciendo igual. Uno (RD) está creciendo con mucha inversión, que es bueno, pero con baja productividad la cual, incluso, va bajando”, manifestó el consultor.
En tanto, hay otro (China) que está creciendo en inversión, pero también con alta productividad, como lo hicieron los demás países de Asia. Por eso, ya China es un país de ingreso medio, ya no es pobre como hace varias décadas, pero es porque presenta liderazgo mundial en áreas productivas basadas en la innovación.
Entonces, Féliz exhorta a las autoridades dominicanas y al sector productivo nacional a enfocarse en un crecimiento con componentes de innovación, de forma que se traduzca en mayor competitividad.
República Dominicana ha alcanzado el nivel de crecimiento y de renta per cápita al mismo nivel en que llegaron los países de América Latina con alto crecimiento en su momento y que, a partir de ahí, comenzaron un decrecimiento.
Agregó que si bien se puede crecer más con ese método de inversión y poca innovación, se requerirían niveles de capital muy altos, insostenibles para seguir así, a menos que se cambie la forma de crecer, es decir, que en lugar de crecimiento con base en inversión, sea un crecimiento con base en inversión en la innovación.
“La estrategia de crecimiento con base producción puede ser efectiva, siempre que se alcance buena competitividad”, destacó Féliz. “Esta estrategia basada en la inversión funciona muy bien cuando un país está subdesarrollado. Lo que hay que hacer es invertir mucho dinero y transformar la estructura productiva. Es decir, sacar gente del campo o de los servicios de baja productividad y moverlos a sectores de servicios o manufacturas que, aun siendo de salarios muy bajos, son de mayor productividad que sectores anteriores”.
En ese caso hay una recomposición de la oferta de productos hacia sectores de mayor productividad desde sectores de baja productividad, lo cual, con capital suficiente, permite obtener en naciones desarrolladas las maquinarias necesarias para seguir así.
En ese escenario, los Estados ofrecen incentivos a los sectores productivos, para que, estando lejos de la frontera tecnológica, “lleguen rápido hacia esa frontera tecnológica, sin científicos, donde solo necesitamos dinero para conseguir un instructor para nuestros trabajadores. No es en base a tecnología, ni innovación, es copia, adaptación, una etapa. Y así se ha logrado un proceso de crecimiento”.
“Pero cuando la economía se aproxima a la frontera de la tecnología mundial, la situación se comienza a complicar, porque el subsidio que se dio para alcanzar ese crecimiento, comienza a ser costoso para el país”, agregó el experto. “Hay que innovar, pero eso va a implicar sectores que van a perder. Si esos sectores se organizan para evitar que entren los eficientes, tendremos un problema”, advirtió Féliz al referirse al cambio de destinatarios de los incentivos.
Hay que aumentar el crecimiento de productividad de los factores
Parte de la trampa de los ingresos medios es que hay una cantidad enorme de recursos mal asignados en empresas con escalas ineficientes que no les permiten acumular capital y no se vuelven empresas grandes.
“No es común encontrar una gran empresa que hace 20 años era una empresa pequeña”, dijo Raúl Féliz. Dijo que la productividad de los factores es menor que el nivel de crecimiento. Entonces, en países asiáticos, el crecimiento de la productividad de los factores ha sido de ganancia en el tiempo.
Recordó que hace 40 años las principales empresas de Estados Unidos eran distintas a las que ahora son las más grandes. “Las grandes compañías de ahora no existían hace 40 años”, dijo.
En términos absolutos, República Dominicana ha crecido 5.1%, mientras que el crecimiento del capital es de poco más de 6%, “pero el crecimiento de la productividad total de los factores ha sido prácticamente nulo”.
Dijo que es bueno que se ha captado recursos para invertir, pero que ese crecimiento extra no se ha sustentado en un crecimiento de la productividad.
“El otro tema es el de la educación. El tema no es del volumen del gasto, sino, de la eficiencia del gasto. Ya se le otorgó el dinero al sector, entonces, ahora hay que exigir resultados. Si no se mejora el rendimiento en ciencias y en matemáticas no vamos a ser un país desarrollado y no vamos a mejorar el crecimiento de productividad de los factores”, expresó.
Ingresos medios
El economista Raúl Féliz mostró unas gráficas en las que muestra que, después del crecimiento sostenido de varias décadas, México y Brasil comenzaron a reducir su capacidad de generación sostenida de riquezas.
“Entonces, parece que hay una maldición, que cuando te acercas a cierto nivel de renta, algo pasa, que ya no podemos seguir creciendo”, dijo Féliz. Agregó que esa es la etapa que algunos teóricos identifican como “la trampa de los ingresos medios”, y es en donde República Dominicana debe evitar caer. Incluso, dijo que ocurre con República Dominicana ahora, lo que pasó con esos países de América Latina.
Mostró datos sobre ese dinamismo y crecimiento que caracterizó a varios países que luego “se estancaron”. “Eso se debe a que los incentivos y las políticas públicas que funcionaron en esas épocas, no se reestructuraron para ir reflejándose en las nuevas necesidades”, acotó.