La mayoría preferiría ver a Usain Bolt ganar una medalla olímpica individual que en un relevo por equipos.
A la gente le gusta observar a individuos extraordinarios, desde atletas hasta directores de grandes compañías, que extienden su dominio en los campos de su oficio, pero no están tan interesados en ver los mismos logros profesionales en grupos o equipos, sostiene un nuevo estudio.
En el artículo ‘The Streaking Star Effect’ escrito en base al estudio que fue publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, se analizan las causas de este fenómeno.
“Todo el mundo quiere que Usain Bolt gane otra medalla de oro en velocidad. No mucha gente quiere ver a los New England Patriots ganar otro Super Bowl”, cuenta el autor principal, Jesse Walker, profesor asistente de mercadeo en el Fisher College of Business de la Universidad Estatal de Ohio.
“El éxito individual inspira asombro de una manera que no lo hace el éxito en equipo”, afirma a su vez el coautor, Thomas Gilovich. “[El éxito individual] nos hace tener la esperanza de que el potencial humano no es tan limitado como pensábamos. Si un equipo alcanza esa cumbre, su causa se ve más difusa y no es tan emocionante”, asevera.
Walker y Gilovich llevaron a cabo nueve estudios con la participación de 2.625 estadounidenses. En una investigación examinaron las opiniones de la gente sobre el éxito de Bolt, el velocista jamaiquino que ganó los 100 metros en las últimos tres Juegos Olímpicos, y también dos oros en relevos por equipos, siendo parte del cuarteto nacional en los 4×100 m en dos citas olímpicas.
Mucha más gente remarcó que preferiría ver a Bolt ganar la medalla de oro en el evento individual en los próximos Juegos Olímpicos que en relevos, según el estudio.
Este fenómeno se aplica no solo al deporte, sino también al mundo empresarial. Durante un estudio, a la mitad de los participantes se les dijo que un director había guiado a una compañía durante las últimas dos décadas, tomando una serie de decisiones acertadas que condujeron a su éxito. A la otra mitad se le informó que un grupo de ejecutivos había guiado a la empresa, tomando las mismas decisiones exitosas.
Los participantes que leyeron que el éxito de la empresa podía atribuirse a su director ejecutivo pensaron que esta debería tener una mayor participación en el mercado, a diferencia de lo que opinaron los participantes a quienes se dijo que el éxito de la compañía estaba vinculado a un grupo de ejecutivos.
“Esta podría ser una de las razones por la que los clientes se conectan personalmente con empresas como Apple, que se identifican con sus fundadores y directores ejecutivos”, señaló Walker.
Los investigadores afirman que las personas atribuyen las rachas individuales de éxito a las personas mismas, mientras que el éxito en equipo suele adjudicarse a factores situacionales.