El descubrimiento de la fluorescencia de los ornitorrincos inspiró a los científicos de un museo australiano a experimentar con otras especies.
La naturaleza sigue sorprendiendo a la ciencia. A finales de octubre, investigadores de EE.UU. descubrieron que los ornitorrincos tenían propiedades fluorescentes. Inspirados por este hallazgo, en el Museo de Australia Occidental decidieron iluminar con rayos ultravioleta diferentes animales de su exposición y comprobaron que los wombats, al igual que otros marsupiales como los bilbies (‘Macrotis’), también brillaban con colores verdes, azules y rosas en la oscuridad.
“Solo lo probamos en posiblemente dos docenas de mamíferos, así que no fue un estudio completo. Probablemente, una tercera parte de ellos brillaban”, afirmó el conservador del museo Kenny Travouillon. Estas especies australianas se suman así a la lista conocida de seres vivos con propiedades fluorescentes, que incluye principalmente a insectos, peces, ranas y hongos.
La fluorescencia en los seres vivos ocurre cuando absorben radiación de alta energía, como la ultravioleta, y luego emiten una luz a una frecuencia más baja. Ya fueron reveladas varias proteínas que pueden provocar este efecto en la piel, huesos o dientes. Sin embargo, las razones exactas de cómo y por qué ocurre este fenómeno en los animales queda pendiente de determinar en futuras investigaciones.