Un equipo conformado por centenares de científicos de distintos países emprendió la “observación simultánea más grande jamás realizada” de un agujero negro ubicado en el centro de la galaxia M87.
El agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la galaxia M87 fue fotografiado por primera vez hace casi dos años por el proyecto Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés), pero ese logro fue solo el inicio. Ahora, gracias a las observaciones de múltiples telescopios de distintas partes del mundo, los científicos han podido obtener nuevas imágenes sin precedentes.
El nuevo conjunto de datos recopilados por 19 observatorios diferentes fue publicado esta semana en un estudio en la revista The Astrophysical Journal Letters, brindando una visión única de este agujero negro y su sistema, ubicado a unos 55 millones de años luz de la Tierra.
Un video publicado por la NASA lleva a los espectadores a un viaje a través de las observaciones de cada telescopio que comienza con la ya icónica primera foto del objeto espacial. Cada una ofrece información diferente sobre su comportamiento.
“Sabíamos que la primera imagen directa de un agujero negro sería revolucionaria. Pero para aprovechar al máximo esta notable toma, necesitamos saber lo máximo posible sobre el comportamiento del agujero negro en ese momento mediante la observación de todo el espectro electromagnético”, explicó el astrónomo Kazuhiro Hada, coautor del nuevo estudio.
Los científicos detallan que la inmensa atracción gravitacional de un agujero negro supermasivo puede impulsar chorros de partículas que viajan casi a la velocidad de la luz a través de grandes distancias. Los chorros del M87 producen luz que abarca todo el espectro electromagnético, desde ondas de radio hasta luz visible y rayos gamma.
Para recolectar datos de todo el espectro, 760 científicos de distintos países emprendieron la “observación simultánea más grande jamás realizada de un agujero negro supermasivo” coordinando múltiples telescopios de la Tierra y el espacio. Estos datos pueden aportar información crucial sobre los agujeros negros, incluido el fenómeno de los chorros, para entender mejor cómo funciona.
Además, los investigadores esperan usar esta información en importantes áreas de la astrofísica, como para mejorar las pruebas de la teoría de la relatividad general de Einstein.