De acuerdo con una investigación colectiva, la firma ocultó problemas con la batería y se lucró con la venta de nuevos teléfonos a los usuarios afectados.
Apple ha accedido a pagar 113 millones de dólares en el marco de un acuerdo entre partes con 34 estados de EE.UU. que acusan a la compañía de ocultar intencionalmente problemas con la batería de algunos de sus antiguos teléfonos, según consta en una publicación en Facebook del fiscal general de Arizona, Mark Brnovich.
De acuerdo con una investigación liderada por los estados de Arizona, Indiana y Arkansas, el problema técnico con las baterías provocaba que algunos modelos de iPhone se apagaran de manera súbita.
Los investigadores sostienen que, en vez de hacerlo de conocimiento público o reemplazar los componentes necesarios, la empresa de Cupertino optó por ocultar este fallo a los consumidores y en diciembre de 2016 publicó una actualización de ‘software’ que significó una caída del rendimiento de los aparatos.
Como resultado, el fabricante se benefició económicamente de la venta de nuevos celulares a aquellos usuarios afectados por la obsolescencia programada de sus dispositivos.
Como parte del acuerdo, Apple pagará al estado de Arizona una compensación superior a los 5 millones de dólares y deberá brindar este tipo de información a los consumidores a través de su sitio web, así como en la descripción de sus actualizaciones y en la interfaz de usuario para iPhone.
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