Fue encontrado en un lecho de secreciones humanas blandas en un pozo séptico y su yema será utilizada para análisis de ADN.
Un equipo de arqueólogos ha descubierto en la ciudad israelí de Yavne un huevo de gallina de hace 1.000 años conservado casi intacto en un pozo de aguas residuales domésticas, comunicó este miércoles la Autoridad de Antigüedades de Israel.
La fosa séptica data del periodo islámico y los investigadores creen que la conservación del huevo en tan buen estado se debe a las condiciones en las que permaneció durante siglos, enclavado entre “secreciones humanas blandas“.
Los científicos calificaron el hallazgo de “extremadamente raro“, debido a que “incluso hoy en día, los huevos rara vez se conservan por mucho tiempo en las cajas de los supermercados”. “De vez en cuando encontramos huevos antiguos de avestruz, cuyas cáscaras más gruesas los conservan intactos”, afirmaron, aclarando hasta ahora solo se habían encontrado fragmentos de cáscaras de huevos de gallina datados de periodos anteriores.
Restauración del huevo
El huevo encontrado en Yavne tenía una pequeña grieta en su fondo, por donde se había filtrado la mayor parte de su contenido. Solo se conservó parte de la yema, que servirá para futuros análisis de ADN. Asimismo, mientras los arqueólogos retiraban el huevo, la cáscara se rompió. Sin embargo, en un laboratorio se logró restaurarlo por completo.
El huevo se halló en un complejo industrial construido durante el período bizantino (siglos IV-VII d.C.) y junto a este también se encontraron tres muñecos de hueso típicos del período islámico.