Consultados por elDinero dicen reforma fiscal afectaría a los más pobres.

La anunciada reforma del sistema tributario de República Dominicana ha sido tema de conversación entre los distintos sectores económicos, llenando de incertidumbre y debates a cada rincón de la sociedad. Pero ¿qué piensa la ciudadanía sobre esta indetenible reforma?

En un país donde la informalidad y la lucha diaria por el sustento son comunes, hablar de una reforma fiscal puede ser causa de preocupación para algunos. Mientras el gobierno avanza con estos planes, ciudadanos se muestran ajenos a los detalles de la reforma. Sin embargo, cuando se les menciona el tema, la respuesta común es una mezcla de escepticismo y resignación al considerar que la reforma no solucionaría los problemas económicos de la clase menos beneficiada, sino que los agravaría.

Tal es el caso de Alejandro Santana, un contratista informal que ha trabajado como constructor durante más de 30 años, quien no oculta su incredulidad y expresa su desacuerdo con la implementación de una nueva reforma.

“Ellos dicen que le van a cargar al rico, pero al final quienes pagan son los pobres. Si me dices que harán la reforma, pero también aumentarán el sueldo a la clase obrera, las cosas serían diferentes”, comenta.

Santana, además, justifica su informalidad y se la atribuye a la cantidad de impuestos que debe pagar cada vez que compra sus materiales para trabajar. “Si yo me formalizo, me revienta el Estado. Ya de por sí debo pagar impuestos por los materiales, imagínate pagar un por ciento de mis ganancias también”, añade.

Así como Santana, otros trabajadores informales expresan su desacuerdo ante la reforma tributaria venidera. Así, también, Vielka Peña, quien lleva cuatro años administrando su negocio de embutidos, sostiene que subir los impuestos a productos de consumo diario afectaría sobre todo a la masa popular. Sin embargo, se muestra resignada al aceptar lo que, según sus palabras, es inevitable.

Añade, también, que los compradores podrán quejarse de los costos de los artículos, pero no tendrán más alternativa que adquirirlos al precio ofrecido, aunque sea más caro. “Si la reforma es inevitable y comoquiera subirán los precios de los productos, entonces, al final todos tendremos que aceptarlo y comprar a un precio más caro”, sostuvo.

Por otro lado, Yorkelis Encarnación, un motorista que depende de sus ingresos diarios para mantener a su familia, toma una posición conformista. “Creo que se debería esperar un tiempo más. Aunque si suben los precios de algunos productos de la canasta familiar, de todas maneras, habría que comprarlos porque no dejaremos de comer,” señala.

Encarnación reconoce que, aunque su situación financiera actual es estable, teme que los aumentos en los precios debido a la reforma puedan afectar su capacidad para mantener a su hijo y cubrir sus gastos diarios.

Por su parte, Enrique Cabral, un señor de 74 años que vive de su pensión, recuerda las reformas que le ha tocado vivir antes y desconfía de que los cambios prometidos favorezcan a los ciudadanos comunes.

También considera “absurdo” hablar de una reforma cuando, según indica, poco a poco el gobierno ha introducido un aumento tributario de manera ‘silenciosa’ a la economía dominicana.

“Ya le han metido una reforma fiscal al pueblo sin consultar con nadie, sin comunicárselo al pueblo ni nada. Y ahora dicen que le pondrán más impuestos a los más grandes, pero nos lo cobrarán a nosotros, porque los más pobres somos los más perjudicados”, expresó disconforme.

Reforma inminente

A pesar del desacuerdo de la ciudadanía con la implementación de una nueva reforma fiscal, algunos expertos consideran “inminente y necesaria” la modificación del sistema tributario dominicano.

En este contexto, Magín Díaz, economista y director de la Escuela de Economía de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), explica que no es de sorprender el abordaje del tema de la reforma, por ser uno de los principales tópicos tocados por el presidente Luis Abinader, quien ha señalado la necesidad de aumentar la recaudación para gastar más en inversiones públicas, así como la reducción del déficit y la deuda pública.

“El Presidente ha dicho que quiere gastar más, que hace falta gasto en inversión pública, en infraestructura, en salud, en seguridad, pero también tiene que bajar la deuda; entonces, eso requiere una reforma grande”, manifiesta.

El economista considera que esta reforma no afectaría a los ciudadanos con menos recursos, ya que cuentan con mecanismos de protección a los más vulnerables durante la implementación de una reforma fiscal de gran envergadura, como los programas de ayudas sociales del Gobierno.

“Generalmente, una reforma grande se acompaña de un mejor salario, por ejemplo, o de un aumento a las transferencias para proteger al 20% o 30% más pobre de la población. Creo que hay mecanismos para proteger a los más pobres”. Sostiene, además, que un enfoque integral podría mitigar los efectos adversos para los sectores más desfavorecidos.

Mientras el país se prepara para estos cambios significativos, el debate continúa, y todos los ojos están puestos en cómo estas políticas se desarrollarán y afectarán la vida de los ciudadanos dominicanos.

Autor

Comparte la Noticia:

Por El Dinero