El experimento podría arrojar luz sobre el proceso de formación de esas gemas.

Un equipo internacional de investigadores de la Universidad Nacional de Australia (Canberra), el Instituto Real de Tecnología (Melbourne, Australia), la Universidad de Sídney (Australia) y el Laboratorio Nacional Oak Ridge (EE.UU.), consiguió crear a temperatura ambiente y bajo alta presión dos tipos de diamantes, informó este lunes la Universidad Nacional de Australia en su página web.

Para formar el mineral, los científicos aplicaron al carbono una presión equivalente a lo que definieron como 640 elefantes africanos sobre la punta de una zapatilla de ballet, lo que generó una fuerza de torsión o deslizamiento e hizo moverse los átomos del material. Jodie Bradby, científica de la Universidad Nacional de Australia, enfatizó que “el giro en la historia es cómo aplicamos esa presión”.

Los experimentadores lograron crear dos tipos de diamantes estructuralmente distintos. Uno es similar a los que se usan en joyería y el otro es una lonsdaleíta, compuesto que puede hallarse de manera natural en sitios de caída de meteoritos. Es aproximadamente 58 veces más duro que el primer tipo y puede emplearse, por ejemplo, para cortar materiales ultrasólidos.

Los diamantes naturales se forman a lo largo de miles de millones de años, a unos 150 kilómetros de profundidad en la Tierra, donde hay altas presiones y temperaturas superiores a los 1.000 grados Celsius. “Fue emocionante poder hacer por primera vez dos tipos de diamantes a temperatura ambiente en nuestro laboratorio”, aseguró Xingshuo Huang, académica de la Universidad Nacional de Australia.

Los investigadores recurrieron a técnicas avanzadas de microscopía electrónica con el fin de cortar los minerales y tomar muestras para el análisis de su proceso de formación. El estudio reveló que los diamantes regulares solo se forman en medio de las vetas de lonsdaleíta. “Ver estos pequeños ‘ríos’ de lonsdaleíta y diamante regular por primera vez fue realmente asombroso, y esto nos ayudará a comprender cómo podrían formarse”, señaló Dougal McCulloch, profesor de física del Instituto Real de Tecnología y codirector de la investigación.

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