Los padres y maestros necesitan nuevas herramientas para disciplinar sin golpes, ni sermones.
El código del menor de nuestro país prohíbe el maltrato físico, verbal y la tortura.
Corremos el riesgo de perder la libertad o nuestros trabajos al abusar de niños y adolescentes, en una época en la que los teléfonos inteligentes, de cualquier persona, pueden dejar constancia de nuestra pérdida de control emocional.
En terapia se le enseña a los padres a aplicar la Disciplina Positiva a los niños y adolescentes, para que sean responsables, respetuosos y recursivos.
Le asignamos tareas semanales y le vamos enseñando las técnicas. Se puede aprender en talleres de padres y de maestros. Pero se requieren varios encuentros para dar seguimiento y compartir experiencias entre los participantes.