Blocking the sunset on a perfect afternoon

Estamos viviendo una época en la que muchos están perdiendo el significado y la dirección de su vida. Encuentran que no vale la pena vivir, y a veces se entregan al hedonismo desenfrenado (búsqueda del placer), pero teniendo un vacío existencial que no lo llena ni el sexo, ni las drogas u otra experiencia orgiástica. 

Víctor Frank, un psiquiatra de origen judío, que vivió como prisionero en los campos de concentración nazi de Hitler, casi muere, y llegó a perder peso con una condición en la que se le notaban los huesos, logró milagrosamente sobrevivir y le dijo al mundo que vale la pena vivir la vida, y que el sentido de la vida se encuentra, cuando trascendemos nuestro propio egoísmo y podemos servir a los demás y ser útiles a la sociedad. 

La racionalidad moderna le está quitando la sacralidad a las creencias y le está quitando una base de apoyo que necesitamos cuando tenemos etapas de crisis y de pérdidas.

Creer en Dios y profesar una sólida creencia religiosa ayuda a la gente en crisis. Realizar obras comunitarias, tener algunas aficiones o entretenimientos, ser activos y tener un pensamiento supranivel, sin pesimismo, mejorarán nuestro estado de ánimo y nos darán una razón por la cual vivir. 

También, tener vínculos con una pareja, con los hijos y con grupos de la sociedad, nos impulsarán a encontrar el sentido de la vida.

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