Cada conducta nuestra es  comunicación. Con un comportamiento o una acción le decimos algo a la pareja o a nuestros hijos. 

No son solo palabras las que nos comunican, también nuestros hechos hablan de nosotros. Con los actos se puede medir el tipo de sentimientos que los demás sienten hacia nosotros. Podemos intuir si nos odian, si nos aman o si nos desprecian.

En ocasiones, las conductas de los demás las podemos mal interpretar y se pueden generar sentimientos en  nosotros que no se corresponden con la intención de los demás. Por esa razón, a veces nos aislamos y tomamos distancia porque hemos interpretado que alguien que nos ama, ya no nos ama. 

Al juzgar las conductas de los demás hacia nosotros, debemos ser racionales y si tenemos dudas; podemos con una comunicación clara y directa preguntar y confrontar, para saber la realidad de lo que acontece; antes de experimentar sentimientos que nos causen infelicidad o la tristeza al sentir que no somos importantes para alguien a quien amamos o la sensación de minusvalía y de poco valor que provoca la decepción. 

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