El ensayo del misil norcoreano realizado este jueves podría haber sido una “advertencia solemne” de cara a las nuevas conversaciones con Estados Unidos sobre el problema militar norcoreano.

El ensayo de un misil llevado a cabo este jueves por Corea del Norte fue una “advertencia solemne” frente al desarrollo de armas por el vecino del Sur y los ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos. 

Según los militares surcoreanos, que siguieron el vuelo del misil, los parámetros de su vuelo fueron muy parecidos a los de los misiles balísticos rusos de corto alcance Iskander que son capaces de portar ojivas nucleares. 

Se informa que la versión norcoreana del misil ruso puede alcanzar cualquier punto del territorio surcoreano, que cuenta con 28.500 efectivos estadounidenses emplazados en su territorio. 

En una declaración publicada en medios estatales, Corea del Norte aclara que la prueba va dirigida contra los “belicistas militares de Corea del Sur”. Varios comentaristas interpretan este paso de Pionyang como una suerte de presión enmarcada en los preparativos para nuevas negociaciones sobre las armas nucleares en la península entre el líder norcoreano Kim Jong-un y el presidente estadounidense, Donald Trump. 

“Todo el mundo intenta prepararse para las negociaciones y crear presiones y riesgos para la otra parte”, señaló el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en una entrevista con Bloomberg TV.

Analistas creen que la prueba podría estar relacionada con las compras de Corea del Sur de aviones de combate F-35 de fabricación estadounidense.

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