Las autoridades griegas han retirado esta semana cientos de miles de peces muertos que cubrían las aguas del puerto turístico de Volos, en el centro de Grecia, después de que los animales fueran desplazados de sus hábitats habituales de agua dulce por las inundaciones del año pasado, recogen los medios locales.
Según las autoridades, las operaciones de limpieza, que tuvieron lugar el martes y miércoles, concluyeron con la retirada de más de 50 toneladas de peces muertos que formaban un manto plateado sobre playas cercanas a la ciudad y del que emanaba un olor que alarmó a los residentes y turistas.
“Se extiende por kilómetros”, dijo el concejal de la ciudad Stelios Limnios a Reuters. “No sólo se encuentra a lo largo de la costa, sino también en el centro del golfo Pagasético”, agregó.
Mientras, el alcalde de Volos, Achilleas Beos, dijo que el olor se había vuelto insoportable y acusó al Gobierno de no haber abordado el problema antes de que llegara a la ciudad. Además, advirtió que el pescado podrido podría crear un desastre ecológico para otras especies de la zona.
Según los expertos, el problema se originó por las catastróficas inundaciones del año pasado en la región de Tesalia, lo que hizo que un lago cercano, que había sido drenado en 1962 en un intento de combatir la malaria, se llenara hasta tres veces por encima de su capacidad normal. Desde entonces, las aguas del lago han disminuido drásticamente, lo que ha obligado a los peces de agua dulce a dirigirse hacia el puerto de Volos, que desemboca en el golfo Pagasético y el mar Egeo, donde los peces de agua dulce no pueden sobrevivir.