La técnica podría ser usada para recrear en 3D los movimientos y la interacción de los primeros humanos, animales e incluso dinosaurios.
Una serie de huellas prehistóricas fosilizadas e invisibles al ojo humano han sido descubiertas gracias a una novedosa técnica de georadar.
Este hallazgo podría permitir recrear los movimientos y la interacción entre humanos y animales de hace 12.000 años, en el Pleistoceno, informa la Universidad de Cornell (EE.UU.).
Las huellas ‘fantasma’ —que permanecieron ocultas en el arenoso suelo del Monumento Nacional de las Arenas Blancas en el estado de Nuevo México, EE.UU.— fueron descubiertas gracias a una exploración con radar de sondeo terrestre (GPR, por sus siglas en inglés).
Así, al pasar un sensor sobre la superficie, este envía ondas de radio en el suelo, las cuales rebotan de manera que los científicos pueden crear una imagen en 3D de lo que se encuentra oculto bajo tierra de una manera no destructiva, sin necesidad de excavar.
“Nunca pensamos en mirar debajo de las pisadas, pero resulta que el sedimento en sí mismo tiene una memoria que registra los efectos del peso y del ímpetu del animal de una forma hermosa”, expresó Thomas Urban, investigador de la mencionada institución educativa y autor principal del trabajo.
Y continuó: “Nos ofrece una manera para comprender la biomecánica de la fauna extinta que nunca habíamos tenido antes”.
Con ayuda del análisis GPR, los científicos lograron revelar el 96 % de las huellas de humanos, mamuts y perezosos gigantes, así como de otros grandes vertebrados.
Los investigadores esperan que esta técnica permita en el futuro comprender mejor las actividades y la vida cotidiana de los primeros humanos, cuando se encontraban fuera de sus zonas de campamento o de caza, es decir, los dos tipos de sitios arqueológicos mejor estudiados hasta ahora.
“Pero hay implicaciones más grandes que este caso de estudio particular” ya que “la técnica posiblemente podría ser aplicada a muchos otros sitios de huellas en todo el mundo, potencialmente incluyendo las de los dinosaurios“, concluyó el académico.