Quince días después de ser descalificado en el Abierto de Estados Unidos, Novak Djokovic tuvo motivos de sobrar para celebrar este lunes.

Djokovic derrotó 7-5, 6-3 al argentino Diego Schwartzman para consagrarse campeón del Abierto de Italia por quinta ocasión. También dejó atrás a su ídolo Peter Sampras para quedar segundo con más semanas como número uno del ránking, al llegar a las 287 — apenas por detrás de las 310 de Roger Federer.

La victoria en la arcilla romana también restablece la supremacía del astro serbio a seis días del inicio del Abierto de Francia.

“Tuve que pasar por altibajos en la parte mental en los primeros cuatro o cinco días tras lo que pasó. Quedé en shock”, dijo Djokovic sobre la descalificación por propinarle un pelotazo en el cuello a una jueza de línea, en un arrebato de ira.

“Pero es algo que ya dejé atrás. Nunca he tenido dificultad en vida para poder voltear la página a algo. Sea lo que sea, intento pasar al siguiente día y seguir adelante”, señaló. “El tener un torneo una semana después ayudó bastante, porque sólo quería volver a una pista… Creo que he tenido una buena semana”.

Luego de recibir advertencias del juez de silla en sus previos dos partidos, una por azotar la raqueta en los cuartos de final y proferir obscenidades en las semis, Djokovic tuvo un comportamiento tranquilo en la final.

Djokovic quedó con marca de 31-1 este año — su única derrota ante Pablo Carreño Busta en los octavos de final del Abierto de Estados Unidos. Ese fue el partido de la descalificación.

Ante Schwartzman, presente por primera vez en la final de un Masters 1000, Djokovic revirtió un 3-0 en el primer set y acabó domando al tenaz argentino, llevándose 12 de los últimos 14 puntos.

“Novak tiene experiencia en muchas finales como estas y sabe cómo jugarlas”, dijo Schwartzman.

Con su 36to cetro de la Serie Masters, Djokovic aventaja por uno a Rafael Nadal en la tabla histórica.

En la final femenina, la rumana Simona Halep se proclamó campeona en Roma por primera vez tras el abandono de la checa Karolina Pliskova en el segundo set por una dolencia en el muslo izquierdo.

Halep, máxima cabeza de serie, ganaba 6-0, 2-1 cuando Pliskova no pudo continuar tras 31 minutos.

Schwartzman venía de sorprender a Nadal, nueve veces campeón de Roma, en los cuartos de final, y luego derrotó a Denis Shapovalov en una extenuante semifinal a tres sets.

Nadie ha podido vencer a Nadal y Djokovic en el mismo torneo desde 2016, cuando Juan Martín del Potro logró la gesta en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

“Si quiero dar otro paso, tengo que repetir en el año semanas como estas, sentirme capaz de poder hacerlo”, sostuvo Schwartzman.

A primera hora, Pliskova recibió tratamiento en la parte baja de su espalda. La checa, que buscaba revalidar el título, también se puso vendaje en el muslo izquierdo.

“Me siento decepcionada por el desenlace”, dijo Pliskova en la ceremonia de premiación.“Pero Simo fue mucho más fuerte. Siempre tengo que estar al 100% para hacerte un buen partido. Felicidades por toda esta semana. Te mereces el título”.

Con el Abierto de Francia cerca, Halep le deseó una pronta recuperación a Pliskova. “Ojalá podamos vernos en la final ahí”.

Ambas jugadoras se cubrieron el rostro con mascarillas al recibir sus trofeos.

Halep, quien perdió las finales de Roma en 2017 y 2018, quedó con marca de 10-0 desde la reanudación del circuito.

“En 2013, fue aquí donde empecé a subir a la cúspide del mundo del tenis”, dijo Halep, ganadora de dos torneos de Grand Slam, refiriéndose a a su marcha a las semifinales ese año.

La foja de la número dos del ránking mundial tiene una foja de 14-0 que se remonta a febrero, cuando se consagró en Dubái. Después del parón de cinco meses por la pandemia de coronavirus, Halep reapareció consiguiendo otro trofeo en Praga el mes pasado. Pero optó por no competir en el Abierto de Estados Unidos por temores de viajar y las condiciones sanitarias en medio de la pandemia.

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