Estudio establece que 15 de cada 100 viviendas dominicanas están construidas con materiales frágiles.
Santo Domingo, RD.- La gran cantidad de edificaciones levantadas de manera informal en diferentes zonas de República Dominicana representa un potencial peligro que podría llevar al país a sufrir grandes pérdidas humanas y de bienes materiales en caso de un terremoto de alta magnitud.
Las construcciones de viviendas, negocios y plazas informales, sin la supervisión de las autoridades y los permisos adecuados, colocan al país en estado vulnerabilidad, afirman las arquitectas María Betania Roque y Yésica Pérez, así como el ingeniero Julio Bautista, especialistas del Servicio Geológico Nacional (SGN).
La Ciudad Colonial es el sector del Distrito Nacional con un “muy alto” índice de riesgo físico y un “alto nivel” de riesgo total, pero también un impacto intangible de carácter social, económico y ambiental, ante la ocurrencia de fenómenos hidrológicos (huracanes) o sísmicos (terremotos), según un estudio de la Dirección General de Ordenamiento y Desarrollo Territorial, dado a conocer en 2013 por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD).
Mientras que en el caso de Santiago de los Caballeros, la segunda ciudad de importancia económica y social, los resultados arrojan un mayor riesgo, por tener un nivel de riesgo físico “muy alto” en 33 de sus barrios.
El estudio “Amenazas y Riesgos Naturales en República Dominicana”, elaborado con apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala que Centro de los Héroes presenta un nivel alto de riesgo físico, debido a las pérdidas calculadas para heridos, fallecidos y en el sector residencial.
En total 34 barrios presentan un nivel de riesgo físico medio-alto, en los cuales las pérdidas más notorias fueron las calculadas de personas fallecidas y heridas. Por otro lado, 19 barrios un nivel medio-bajo y 15 barrios un nivel bajo.
En cuanto al coeficiente de agravamiento, los barrios San Diego, Domingo Savio y La Zurza, destaca que presentan un nivel de agravamiento “muy alto”, lo que significa las condiciones más débiles en cuanto a fragilidad social y falta de resiliencia, siendo más notable los problemas de hacinamiento, marginalidad y la falta de áreas de espacio público. Los barrios de Cristo Rey, Mejoramiento Social, Simón Bolívar, Villas Agrícolas, Palma Real, Ensanche Capotillo, La Isabela y Gualey presentan un “nivel alto” de agravamiento.
En total, 13 barrios presentan un nivel medio-alto, 33 barrios tienen un nivel medio-bajo y 13 barrios presentan un nivel bajo de agravamiento.
El estudio resalta, además, que los indicadores que agravan más el riesgo para la mayoría de los barrios son el hacinamiento y el área de parques o espacios públicos (ausencia) que puede ser utilizado potencialmente para la respuesta en caso de desastre.
Los materiales predominantes en la construcción de viviendas en República Dominicana son el block o concreto en las paredes, el zinc en los techos (56.5%) y el cemento en los pisos, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR-2015).
Los datos señalan que en el país, el 76.7% de las viviendas tienen paredes de blocks o concreto, alrededor de 15 de cada 100 tienen madera y cinco posee tabla de palma.
Destaca que Santo Domingo y grandes ciudades exhiben el mayor porcentaje de viviendas cuyo material dominante es el bloque o concreto, con 90.3% y 87.1%.
La investigación, elaborada por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), indica que los estratos conformados por el resto urbano y zona rural presentan el mayor porcentaje de viviendas con madera (16.1% y 26.5%) y tabla de palma (5.5% y 12.8%, respectivamente) como material más preponderante en las paredes.
En cambio, en la región Ozama o Metropolitana las viviendas con este material como sobresaliente representan 0.6%. Las regiones que tienen la mayor prevalencia de viviendas con madera como material predominante en las paredes son Cibao Noroeste (41%) e Higuamo (23%).
Al respecto, los especialistas entienden que las características de las edificaciones, específicamente las viviendas informales del país deben mejorar. Coinciden en que las construcciones que son formales tienen menor riesgo ante eventos catastróficos, tales como terremotos, maremotos, inundaciones, debido a que cumplen con las normativas para su construcción y cuentan con los permisos del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).
Para el geólogo Santiago José Muñoz Tapia, director general del SGN, la posibilidad de que en República Dominicana ocurra un sismo de gran escala es muy elevada. El Gran Santo Domingo supone para el experto una zona particularmente de preocupación.
Sostiene que la capital ha crecido sin un plan de ordenamiento territorial y que las viviendas, principalmente de los sectores populares, en su mayoría no ofrecen garantías ante un sismo, porque sus constructores no han tomado en consideración el problema sísmico de la isla compartida con el vecino Haití.
Betania Roque, encargada de la Dirección de Vulnerabilidad y Usos de Suelos del SGN, explica que a través de un estudio de vulnerabilidad sobre la morfología de la ciudad de Santo Domingo, se determinó hacia dónde está creciendo y los lugares más vulnerables, principalmente los sectores a orilla del Río Ozama, Arroyo Hondo, incluyendo el Mejoramiento Social.
“Sabemos que la parte del río Ozama está afectada tanto por la parte hidrometeorológica como por sismicidad”, puntualizó.
La especialista en vulnerabilidad a nivel social y económico resaltó que en el país, particularmente en Santo Domingo, se está dando con bastante frecuencia el cambio de uso de suelo, es decir, que en lugares en donde había viviendas de dos niveles ahora existen torres de cinco y seis pisos. Esto, a su juicio, convierte el área en zonas propensas a las inundaciones urbanas.
Antes la ciudad, agrega la arquitecta Pérez, encargada del Departamento de Dinámica de los Estudios Sísmicos, crecía de manera horizontal. Pero ahora, sostiene, lo hace de forma vertical (hacia arriba), sin tomar en cuenta las condiciones del lugar.
A esto, añade el ingeniero Bautista, encargado de la División de Geofísica del SGN, los alcantarillados ven excedida su capacidad.
“No es lo mismo un alcantarillado que antes era para 10 viviendas y ahora se convierta para 10 edificios de cinco niveles”, puntualizó, al indicar sobre la necesidad “urgente” de implementar una norma de ordenamiento territorial.
Sobre los estudios de vulnerabilidad de los suelos que ha realizado el SGN, los expertos aseguraron que estos han sido entregados a los ayuntamientos e instituciones privadas para fines de ser tomados en cuenta antes de hacer cualquier construcción o reforzar las existentes.
Agregaron que estos estudios analizan, entre otros factores, la amenaza, la vulnerabilidad, los elementos expuestos; para llegar al riesgo y luego al escenario de los daños.
Importancia y costo de un estudio
Para el ingeniero Bautista, hacer un estudio de suelo para conocer sus características antes de comprar un terreno o construir una vivienda, es vital.
Enfatiza que sin importar el tipo de edificación, toda construcción debe ser supervisada y debe contar con estudios geológico y geotécnico o geofísico para determinar el tipo de suelo. “Eso da la tranquilidad de que tu casa o construcción estará segura ante los fenómenos naturales”, sostuvo.
Explicó que el costo de los estudios de suelo varía. Para una edificación de cinco o diez niveles hay que hacer por lo menos cuatro perforaciones. Explica que el metro de perforación ronda entre US$150 (equivalente a RD$7,500). “Un estudio geotécnico puede andar por los RD$200,000 o RD$500,000, dependiendo la amplitud del terreno”, subraya.
Recomendación
Los especialistas consideraron que el Estado o las instituciones públicas deberían destinar una partida de su presupuesto para las evaluaciones de sus edificaciones. Otro aspecto que destacaron fue la falta de control, de parte de los ayuntamientos, de los pozos sépticos o rellenos sanitarios.