Debí tener quince años, cuando escuché un sermón del pastor Andrés Pérez con el tema “el alto precio de vivir barato¨, me impresionó el enfoque que le dio, acudiendo a ejemplos prácticos de la vida.

Si eliges un zapato barato y de mala calidad, tendrás que reemplazarlo por otro en poco tiempo. Te saldrá más caro aquel de mayor calidad que por tener un precio más alto, no quisiste comprar.

Vivir barato es colocarse por debajo de las propias potencialidades, es desperdiciar la vida y el tiempo en cosas banales. Vivir barato es acompañarse en la vida de quien no nos valora, ama y respeta.

Vivir barato es obtener notas mediocres en los estudios, cuando se tienen condiciones para ser estudiante meritorio. Vivir barato es agredir al débil, humillar al pobre, desconsiderar al huérfano y a la viuda.

Vivir barato es retener la ayuda al necesitado, por miedo a disminuir la riqueza. Vivir barato es dejarse empañar por odio, responder con ira, cuando se puede controlar la emoción y responder con dignidad.

Al vivir barato se cometen muchos errores humanos, familiares y laborales. Vivir caro no es presumir riqueza, ni actuar con arrogancia, es dar y exigir en cada circunstancia de la vida lo apropiado. Un individuo que vive caro es aquel que se respeta, honra su paso por el planeta y que conoce su lugar en la historia.

Por: Carlos Julio Feliz Vidal.

Autor

Comparte la Noticia: