Hoy en día nuestra fuente de peligros y amenazas, es la vida moderna. Los tapones de tránsito, los conflictos laborales, la crisis económica, la criminalidad, los múltiples empleos y la falta de empleos en otros. En el hogar: la crianza, conflictos de pareja, enfermedad y deudas. Los factores de estrés son variados y afectan la salud física, mental y el funcionamiento sexual.
Las disfunciones sexuales tienen como base general al estrés y a la ansiedad. Al margen de otros factores estos elementos afectan la respuesta sexual. Producto del estrés se puede perder la erección y presentar la Eyaculación precoz en ambientes llenos de presión, al tener una relación sexual.
También, el estrés crónico y acumulado no permite que funcionemos adecuadamente en la respuesta sexual. Se puede afectar la lubricación y el orgasmo en la mujer.
Controlar el estrés mejora nuestro rendimiento sexual. Se deben evitar ambientes estresantes y bajar los niveles de estrés que genera la vida moderna.
La vida moderna del occidente del mundo es muy agitada. Ese estrés lo llevamos a la intimidad y sumado al aumento de hábitos tóxicos y el estilo de vida, lleno de preocupaciones y sobrecarga, creamos las condiciones propicias para un mal funcionamiento sexual.