Según The NYT, la incapacidad de suministrar a Ucrania un número significativo de misiles de largo alcance es una de las razones por las que Biden sigue resistiéndose a autorizar ataques en el interior de Rusia.

Mientras la administración de Joe Biden lleva más de 2 años vaciando los arsenales estadounidenses para abastecer a los aliados extranjeros envueltos en guerras, a los funcionarios del Pentágono les preocupa cada vez más la propia preparación militar de EE.UU. y su capacidad para responder en caso de un nuevo conflicto en el extranjero, especialmente en el Pacífico.

De acuerdo con The New York Times, las numerosas entregas de diversos tipos de armas y medios de defensa a Ucrania e Israel han reducido considerablemente el arsenal estadounidense. Entre las armas con cierta escasez figuran los misiles táctico-operativos ATACMS, así como sistemas de defensa antiaérea Patriot.

Este hecho es una de las razones por las que Biden sigue resistiéndose a las constantes peticiones de Kiev de autorizar ataques en el interior de Rusia, ya que, según funcionarios del Pentágono, EE.UU. simplemente no puede suministrar a Ucrania más misiles de largo alcance sin afectar las reservas para sus propias tropas en caso de otros posibles conflictos.

Además, al Departamento de Defensa también le preocupa que los conflictos en Oriente Medio y en Ucrania estén desviando recursos de la región del Pacífico, en medio de la creciente preocupación de los militares estadounidenses por una posible operación militar de Pekín en Taiwán o un conflicto más amplio en la región.

“Es necesario contar con una amplia gama de equipos y municiones para la disuasión en Taiwán y el mar de la China Meridional, y si la disuasión falla, tenemos que luchar. Pero ahora mismo no estamos pensando en eso”, explicó Seth G. Jones, vicepresidente senior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, señalando que el Gobierno estadounidense “está operando como si fuera un entorno de paz, pero no es así”.

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