Los bancos se benefician invirtiendo el equivalente al 49.5% de su cartera de créditos en colocaciones de endeudamiento público interno.

Santo Domingo, RD.-La mayor proporción de la cartera de crédito de las entidades financieras en República Dominicana está dirigida al sector privado. De hecho, solamente el 2.5% de los préstamos bancarios va al sector estatal, mientras que el 97.5% de los RD$1 billón 516,977 millones prestados hasta junio de este año 2022 está dirigido a personas y empresas privadas, según estadísticas de la Superintendencia de Bancos (SB).

Pero, ¿esto quiere decir que el Gobierno dominicano no se endeuda a nivel interno? La realidad es que sí lo hace. Incluso, de acuerdo con estadísticas de la Dirección General de Crédito Público, hasta julio de este año el 29.8% de la deuda del sector público no financiero (SPNF) es interna, y el restante 70.2% es contraída en el exterior.

Y si no es con préstamos, ¿cómo se endeuda el Estado a lo interno del país? Lo hace con emisión de deuda en forma de bonos o certificados. No solo el Ministerio de Hacienda para cubrir el déficit fiscal del Gobierno, también el Banco Central para cubrir sus compromisos de déficit cuasi fiscal. Ambas formas de endeudamiento paga atractivas tasas de interés.

Cartera de inversión

En el caso de los bancos comerciales, lo que ocurre es que la deuda de sector público no se expresa en la cartera de crédito, sino en la cartera de inversión.

Sucede que, de los recursos que captan de los depositantes, las entidades financieras no solo los destinan a ofrecer préstamos para obtener ganancias con las tasas de interés activas que cobran en los créditos. También usan una buena parte de esos fondos y de otros activos financieros para invertirlos en instrumentos de renta fija con buenas tasas de interés.

Entre esos activos financieros están las emisiones de deuda del Gobierno a través de hacienda, que es lo que se traduce en deuda interna, no a través de préstamos, sino de bonos y certificados a plazo.

De acuerdo con las estadísticas de la SB, a junio de este año, las entidades financieras tienen inversiones por RD$796,871 millones, de las cuales RD$752,159 millones (94.4%) están colocadas en emisiones de deuda del Estado.

En tanto que solo un 5.6% de sus inversiones está colocado en emisiones de deuda de entidades privadas de distintas áreas.

El monto no está muy lejos de los indicadores de deuda interna del Estado dominicano, que a julio de este año se ubica en US$15,503.6 millones (RD$840,922.7 millones a la tasa de cambio actual).

De esa cantidad, el 96.9%, es decir, RD$814,854.1 millones está expresado en bonos y certificados de inversión, mientras que apenas el 3.1% es en forma de préstamos.

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Entonces, del total de deuda interna del Estado en bonos, los bancos comerciales han captado el 92.3%, mientras que el restante 7.7% está en manos de otros inversionistas, como personas individuales o empresas privadas que se dedican a ese tipo de transacciones.

Lo anterior indica que lo que ha hecho el Estado dominicano es cambiar su forma de endeudarse internamente, sustituyendo los préstamos bancarios por emisiones de bonos, algo que no disgusta a los bancos, pues captan la mayor parte de estas y adquieren buenas ganancias con los intereses que genera esa deuda.

A junio de este año, el monto de inversión de las entidades financieras en deuda del Estado equivale al 49.5% del total de su cartera de créditos vigente.

Además, de las ganancias que obtienen cada año los bancos del país, aproximadamente un tercio es por inversión.

Los beneficios de endeudarse en bonos y no préstamos

Tendencia oficial. Para el Gobierno resulta más efectivo endeudarse en bonos y no en préstamos, ya sea en moneda nacional o extranjera o a nivel interno o externo.

La razón principal es que, al tomar un préstamo bancario, el Gobierno tiene que pagar cada mes capital e intereses como amortiguamiento de esa deuda. En cambio, cuando asume el mismo monto en deuda con emisiones de bonos a plazo, solo tiene que pagar la tasa de interés en dos entregas semestrales y el capital a vencimiento.

De esa forma, el dinero captado con bonos es recibido e invertido o gastado sin la preocupación de que cada mes debe tener flujo de caja para amortiguar la deuda con el riesgo de caer en mora por algún atraso de pago.

Con pagos semestrales de los intereses, aunque muchas veces más altos, el Gobierno tiene margen de planificación en el tiempo y se despreocupa del capital, pues cuando llega el vencimiento lo cubre con nuevas emisiones de deuda en forma de bonos.

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Por El Dinero