La Administración Biden suspendió la semana pasada una entrega de bombas, ante los planes de Israel de invadir una ciudad en el sur de la Franja de Gaza.
Armas y municiones por valor de miles de millones de dólares siguen en trámite de suministro a Israel desde EE.UU., pese a la suspensión previa de un envío de bombas de alto calibre por temer Washington que fuesen usadas para causar devastación y muertes entre los civiles de Rafa, en caso de lanzar el Estado hebreo una operación de envergadura contra esa ciudad gazatí.
Ayudantes de congresistas a cargo de la aprobación para esas entregas han evaluado en “decenas de millones de dólares” el lote de bombas bloqueado la semana pasada. No obstante, una amplia gama de otros tipos de municiones deben llegar a Israel, entre ellas las JDAMS, que convierten bombas no guiadas en armas de precisión, así como proyectiles para tanques, morteros y vehículos blindados, informa Reuters, que cita al senador Jim Risch.
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El congresista republicano, miembro del Comité de Relaciones Exteriores de la cámara alta, precisó que la aprobación para la entrega de esas armas no se está tramitando tan rápido como debería, y que algunas de ellas están en espera del visto bueno desde diciembre, mientras que normalmente la ayuda a Israel se aprueba en el curso de semanas.
Por separado, el congresista Gregory Meeks, alta figura demócrata en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, ha pausado la trasferencia de armas a Israel por valor de 18.000 millones de dólares, incluidas docenas de cazas F-15, a la espera de aclaratorias sobre cómo se utilizarán.
Se trata de dos de los cuatro legisladores que revisan los grandes acuerdos de exportación de armas, junto con los presidentes de los dos mencionados comités.
La decisión de la Administración Biden de suspender un envío y formular advertencias sobre la posibilidad de reconsiderar otros tipos de asistencia si Israel cumple sus planes de invasión de Rafa, tienen lugar en medio de una oleada de protestas antiisraelíes a lo largo y ancho del país y frente a un bajo nivel de apoyo entre los jóvenes votantes demócratas al presidente, que buscará la reelección en los comicios del próximo noviembre.
