El Departamento de Justicia de EE.UU. dice que buscará “aplicar esta orden a través de canales diplomáticos”.
Cinco propiedades ubicadas en Guadalajara y sus alrededores (México), pertenecientes al narcotraficante Rafael Caro Quintero, uno de los fundadores del extinto Cártel de Guadalajara, deberán ser incautadas por disposición de un juez de la corte federal de Brooklyn (Nueva York, EE.UU.), informó el Departamento de Justicia estadounidense en un comunicado.
Eric Vitaliano, el juez en cuestión, emitió un fallo por incumplimiento y un decreto parcial de decomiso que autoriza la incautación de esas propiedades, que según denuncia de decomiso civil presentada el 11 de octubre de 2019, fueron compradas por Caro Quintero “con ganancias de la droga”.
“EE.UU. buscará aplicar esta orden a través de canales diplomáticos”, reza el comunicado.
“Rafael Caro Quintero ha sido uno de los criminales más buscados del mundo durante años de tráfico de drogas y por su papel en el asesinato de uno de los nuestros, el agente especial Enrique Kiki Camarena, de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés)”, declaró Ray Donovan, jefe de la DEA. “Las incautaciones y los decomisos sin precedentes anunciados hoy ejemplifican nuestra determinación y perseverancia en llevar a Caro Quintero ante la justicia, para hacerle enfrentar las consecuencias de sus presuntos crímenes”, añadió.
‘Narco de los Narcos’
Caro Quintero, alias el ‘Narco de los Narcos’, ha logrado evadir la Justicia estadounidense a lo largo de 35 años. Las autoridades de ese país ofrecen 20 millones de dólares por su cabeza.
El narcotraficante es buscado para ser juzgado por el secuestro, tortura y asesinato en 1985 del oficial de la DEA Enrique Camarena Salazar, un agente encubierto que operaba en México, y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar. El crimen ocurrió tras descubrir el funcionario estadounidense un gigantesco cargamento de drogas en un rancho del delincuente, que le fue incautado y destruido.
En 1985, Caro Quintero fue detenido y juzgado en México. Tras 28 años de cárcel, fue liberado en 2013 por un tecnicismo legal. Poco tiempo después la justicia mexicana volvió a ordenar su captura, pero el prófugo ya había desaparecido.
