La rápida adquisición de vacunas y las oportunidades como destino de inversión mantendrán a la región a la par con la recuperación económica

Santo Domingo, RD.- Antes de la llegada del covid-19, los pilares económicos de los países emergentes que conforman la región de América Latina se encontraban sólidos, una característica que beneficia y deja mejor preparada a la banca comercial latinoamericana ante futuros embates.

Este planteamiento fue realizado por el vicepresidente de Economía para América Latina de Scotiabank, Eduardo Suárez, quien vislumbra un futuro optimista para la región que, si bien ha sido golpeada por la restricción en servicios de sus sectores productivos, las pérdidas de empleo y la incertidumbre generalizada, cuenta con oportunidades para impulsar su crecimiento y mitigar estos impactos negativos de cara al futuro.

Como uno de los gigantes en la banca internacional, Scotiabank ha invertido en los países de Latinoamérica por la independencia de sus bancos centrales, la tenencia de ahorros internos, el manejo ordenado de las finanzas públicas y las proyecciones de crecimiento robusto que mantiene la región.

“Estos cuatro pilares para nosotros son un ancla muy importante para salir de la crisis”, manifestó Suárez durante la conferencia virtual organizada por Scotiabank “Perspectiva de la banca en el contexto de la recuperación económica latinoamericana”, quien destacó las políticas monetarias contingentes y asertivas de los bancos centrales latinoamericanos para controlar la inflación y estabilizar las tasas de interés.

“Los países que tienen tasas de interés arriba del 20% normalmente no las tienen por primas de crédito, sino por primas de inflación”, apuntó.

Asimismo, la tenencia de una fuente de ahorros internos fuertes es otro de los aspectos que Scotiabank valora de la región, que cuenta con una credibilidad sobre el valor de su moneda que facilita un mayor flujo de crédito y brinda “un ancla” sobre las cuales los inversionistas globales puedan apoyarse en los contextos en los que los precios se vean afectados.

El manejo prudente de las finanzas públicas, por su parte, hace “que no se desancle la estabilidad fiscal”, eliminando crisis de deuda y reduciendo las tasas de interés.

Por último, el experto resaltó que los países emergentes de América Latina se vislumbran como un nuevo motor económico, debido a sus incentivos al consumo, la competitividad que mantienen sus sectores productivos y su modelo de exportación, en un contexto de dinámicas poblacionales atractivas que proyectan un robustecimiento de la banca y contando con un mercado “de clase media mundial”, impulsado por el acceso a mejores niveles de ingresos.

“Son países en los que podemos confiar y que, de hecho, ahí yo diría que República Dominicana es una de las estrellas: Es uno de los países que tiene una de las tasas de crecimiento históricas y hacia delante más altas de cualquier país de la región, incluso con tasas de crecimiento que se empiezan a acercar a las asiáticas”, manifestó Suárez.

De hecho, Scotiabank ya tiene un siglo de operaciones en territorio dominicano, lo que lo convierte en la entidad financiera multinacional más antigua del país.

La banca dominicana va por buen camino

Los indicadores económicos de República Dominicana hacen que, comparado a otros países de la región, se encuentre bien encaminado hacia una recuperación económica importante que beneficiará con creces a la banca nacional y seguirá atrayendo inversiones.

La reactivación de la industria turística -que ya se encuentra operando a un 30% de su capacidad-, el ingreso de divisas a través de las remesas enviadas por la diáspora dominicana radicada, en su mayoría, en los Estados Unidos son indicadores que, junto a un índice inflacionario dentro del rango meta, garantizan la resiliencia de la economía dominicana de cara a futuras crisis.

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Por El Dinero