Nunca he creído en lo fácil. Los negocios que prometen grandes ganancias no me atraen y lo que suena a muy fácil y provoca éxito lo veo con desconfianza. 

No me enseñaron a criar en la escuela, ni en la Universidad. Parece que no es importante enseñar esto a los futuros padres. Estudié Terapia Familiar y conocí montones de Marcos Teóricos muy profundos, tanto que no perdían su tiempo en dar reglas de crianza. 

Ya finalizando mis estudios me sentía tener muchas herramientas para la Terapia Familiar, pero sentía ciertas lagunas en el tema de la crianza. Una maestra española me introdujo a través de la  literatura en la Disciplina Positiva. 

Luego con mucho esfuerzo y a través de libros de autores como Jane Nellseen y Dreikurs, fui conociendo y aplicando esa forma de criar que no da pelas, ni golpes. Procura hijos responsables, respetuosos y recursivos con talentos. La aplicamos mi esposa y yo.

 Fui entendiendo algunos puntos que la teoría no ha tratado mucho, como el control emocional que hay que tener para evitar la ira y la rabia.

Cuando en su discurso, mi hijo Octavito agradeció a Dios por sus padres, dijo que éramos su regalo más preciado. Agradeció la crianza que le había enseñado a ser responsable, poner esfuerzo y amar a Dios. Las lágrimas no se contuvieron en mis ojos.

Podemos criar sin maltratar, respetando la dignidad de niños y adolescentes. Se requiere conocer las técnicas y aplicarlas. Podremos lograr ser como padres los héroes y heroínas de nuestros hijos e hijas.

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