La falta de lluvia facilitó el acceso al lugar de los arqueólogos, que han podido realizar excavaciones por primera vez.
Un equipo de arqueólogos alemanes y kurdos han podido acceder a las ruinas de un palacio del imperio Mittani, de unos 3.400 años de antigüedad, en el Kurdistán iraquí gracias a la sequía que reina en la zona, informó esta semana la Universidad de Tubinga.
El área donde se encuentra el palacio, denominado Kemune, quedó inundada con la construcción de la presa de Mosul a mediados de la década de los 80. El sitio fue descubierto en 2010, cuando la represa tenía niveles bajos de agua, pero solo el año pasado la falta de lluvia facilitó el acceso al sitio para que lo arqueólogos pudieran realizar excavaciones por primera vez.
A orillas del Tigris
Los arqueólogos determinaron que Kemune se ubicaba originalmente a unos 20 metros de la orilla oriental del río Tigris. Las paredes de la construcción son gruesas, de hasta dos metros de ancho, y están fabricadas con ladrillos de barro.
En las ruinas, que se encuentran a una altura de siete metros, los expertos hallaron varias habitaciones, algunas de ellas con paredes enlucidas. Se descubrieron también restos de murales pintados de color rojo y azul brillante, además de 10 tablillas de arcilla con escrituras que están siendo traducidas. Una de ellas, al parecer, da a entender que la ciudad existió durante al menos 400 años.
¿Qué se conoce de este imperio?
“El imperio Mittani es uno de los menos investigados del antiguo Oriente Cercano”, sostiene Ivana Puljiz, una de las investigadoras, hasta el punto de que se desconoce incluso cuál fue su capital, por lo que el descubrimiento de este palacio es sumamente importante para la arqueología.
Se sabe que el imperio se desarrolló desde el siglo XV hasta la mitad del siglo XIV a.C., extendiéndose desde la costa oriental del Mediterráneo hasta la región donde ahora se encuentra Irak. Una de sus señas de identidad fueron sus cerámicas cuidadosamente pintadas con colores luminosos sobre un fondo oscuro.