Por Azua entró la humanidad de la Isla. Los primeros seres humanos, recolectores nómadas, que migraron a estas tierras, buscando el sílex para la confección de utensilios y herramientas, entraron por Barreras de Azua. Esto lo confirma las pruebas con Carbono 14 hechas a los restos humanos y fósiles encontrados en excavaciones realizadas por Marcio Veloz Maggiolo y Fernando Morbán Laucer, las cuales arrojan fechas de 4,560 años Antes de Cristo. Es decir que ahí en Barreras hubo humanidad hace 6,575 años.
Existen varias teorías sobre la llagada del hombre a estas tierras, a las que se les denominó América o Nuevo Mundo, así como también a las llamadas Antillas.
Dentro de estas, están la Teoría Autóctona, la Teoría Asiática, la Teoría de la Progenie egipcia y la Teoría Oceánica. (Mejía Ricart. Historia de Santo Domingo.).
Las más socorridas son las sustentadas por Florentino Ameghino, Herdlika y Paul Rivet. Mientras que para Ameghino el hombre americano es autóctono, cuyo primer eslabón está en La Patagonia, es decir que no emigró de ningún lado, para Herdlika y Rivert llegaron en oleadas migratorias desde el Cáucaso asiático, atravesando el estrecho de Bering.
Ameghino, sustentó magistralmente su tesis de la autoctonía del hombre americano en su libre “Antigüedad del Hombre en el Plata”.
Se considera que “el nuevo mundo fue la cuna de la humanidad”. Según Villacorta y Salto, citados por Mejía Ricart, ´´hace unos 11,650 millones de años se efectúo la metamorfosis del antropopiteco en hombre, “fundándose en la calidad de los restos humanos encontrados en terrenos geológicos que revelan aquella antigüedad”.
En cuanto al poblamiento de Las Antillas se han planteado varias rutas: dentro de ellas, una que afirma que se produjo a través del Arco Antillano, pasando por Belice, donde se halla el vestigio más antiguo de presencia humana; otra que señala que la migración se hizo a través de la península de Yucatán. Una más reciente que asume un tránsito de grupos tempranos preagroalfareros desde Punta del Mono (Monkey Point), Nicaragua.
Para Maggiolo, en su libro La Isla de Santo Domingo antes de Colón (Pag. 13) “las costas caribeñas continentales comienzan a poblarse hacia el 9,000 antes de Cristo”. Para esta fecha “algunas sociedades han recorrido gran territorio hasta llegar al Sur del continente. Aquí el Sur vuelve a ser primigenio, en cuanto a la génesis del poblamiento de esta zona.
Desde el punto de vista arqueológico, el Caribe comprende todo el arco antillano desde las islas Trinidad y Tobago, hasta el sur de la Florida. Pero igualmente se consideran como caribeñas las costas continentales bañadas por el llamado Mar de las Antillas, o Mar Caribe, desde las Guayanas hasta Belice.
Este territorio, caracterizado por desembocaduras de importantes ríos en la parte continental como lo son El Orinoco (Venezuela) y el Magdalena (Colombia), entre otros, y por importantes zonas ricas en especies animales y vegetales, fue poblado desde períodos muy tempranos.
Según el Dr. Marcio Veloz Maggiolo, el momento clave de las migraciones más tempranas que conocemos en el arco antillano, se verifica entre 5 mil a 7 mil años, antes de Cristo.
Estas culturas basan su modo de vida en la pesca, la recolección y posiblemente la cacería de iguanas, peces de alta mar y un tipo de desdentado parecido a un oso (cuyo nombre científico es Parocnus serus), localizado en varios puntos del país, y usado como alimento en la Cordillera Central (Constanza) en donde el profesor Roberto Cassá localizó sus restos, los que fueron analizados con fecha de unos 800 años antes de Cristo, revelando que era un tipo de fauna cordillerana común cuando habitaban los recolectores en la isla, mucho antes que llagaran las primeas ocupaciones agrícolas, las que arribarían sólo en el 500 antes de Cristo, o sea, 3,500 años después de estas primeras ocupaciones tempranas. Estos primeros pobladores poseían una tecnología del uso de la piedra diferente de culturas del mismo rango, como la que llegó desde Venezuela muy poco tiempo después, quizás hacia el 3,500 antes de Cristo. Los objetos de los grupos procedentes de Centroamérica son cuchillos, puntas, navajas, algunas manos (majadores, morteros, percutores) para moler y lascas de pedernal que revelan la persistencia de una antigua tradición del uso de la piedra lascada tan vieja como la humanidad.
En cuanto a la primera pisada del hombre en la Isla de Santo Domingo, todos los estudios indican que sucedió en Barreras Mordán de Azua.
Esto implica que si “el nuevo mundo fue la cuna de la humanidad’’, Azua es la cuna de la humanidad de la Isla. Azua es la puerta de entrada del hombre a esta Isla.
Y por haberse encontrado estas huellas humanas en Barreras-Mordán, de Azua, se les ha denominado arqueológicamente hablando, mordanoides o barreroides a estos grupos, los cuales, durante largos siglos, vivieron muy cerca de las mismas donde estaba la materia prima de su supervivencia: el sílex. Y es que “estas tecnologías del sílex, de la piedra lascada, son las primeras tecnologías utilizadas por los grupos que inicialmente ocuparon el oriente de la isla de Cuba y el occidente de la Isla de Santo Domingo.
Según el Arqueólogo José Guerrero, la mina de Sílex más grande del Caribe está localizada en Barreras de Azua, lo que explica, la razón por la que este grupo migratorio temprano, conocido como Los Barreroides, llegado a la isla entre el 3,500 al 4,000 antes de Cristo, tenían conocimiento del lascado y técnicas antes desarrolladas para la fabricación de artefactos a base de sílex, reconociendo esta Mina en Azua, y se asentaron para explotar este material geológico como fuente de supervivencia y para el trueque y comercio con otros grupos del área, lo que obliga su asentamiento en este territorio, hoy primicia arqueológica de la zona.
Para corroborar lo anteriormente dicho, se recurre al cuadro elaborado por el historiador Ramiro Matos, en su libro Azua Documental, insertado en la página no. 23, y titulado Datación de Antigüedad de Azua. De dicho gráfico, Matos, expone lo siguiente en la página no. 26.
1. Morbán Laucer y Mañón Arredondo, en 1,967, investigaron datas de 4,400 años antes de Cristo, en Mordán-Barreras, Azua.
2. También en Mordán-Barreras, pero en 1,972, Irvin Rousc, consiguió vestigios de 4140 años antes de Cristo.
3. Maggiolo y Ortega obtuvieron en 1,973, fechados e 4,560 años antes de Cristo en Barreras, Azua.
4. Y en el lugar marcado como Mordán-Barreras ll, Azua, Maggiolo y Ortega obtuvieron fechas radiocarbónicas de 4,115 a 4,560 antes de Cristo.