Los Estados bálticos y Polonia temen que el apoyo disminuya una vez que termine el conflicto en Ucrania, por lo que insisten en el despliegue de grandes contingentes.

Entre los miembros de la OTAN están surgiendo desacuerdos sobre el aumento de la presencia de tropas de la Alianza en Europa del Este tras el inicio de la operación militar rusa en Ucrania: los países bálticos y Polonia exigen una mayor presencia militar en su territorio y el suministro de armas avanzadas y sistemas de defensa aérea, mientras que otros se muestran escépticos ante una posible amenaza por parte de Moscú en un futuro próximo, informa The Washington Post.

“No se puede excluir una agresión militar directa de Rusia contra los aliados de la OTAN […] Rusia podría concentrar rápidamente sus fuerzas militares cerca de la frontera oriental de la OTAN y enfrentarse a la Alianza con una guerra corta y un hecho consumado”, reza un comunicado conjunto confidencial de Lituania, Letonia y Estonia, obtenido por el medio. Además, exigen el envío inmediato de un contingente de unos 20.000 soldados a cada país en caso de amenaza.

Al mismo tiempo, los países de Europa del Este temen que el apoyo disminuya cuando acabe el conflicto en Ucrania. “Una vez que termine, muchos de nuestros aliados de Europa Occidental estarán deseando volver al statu quo anterior. Algunas de las declaraciones y el espíritu general que vemos ahora podrían desaparecer”, dijo un funcionario europeo que habló con el medio bajo condición de anonimato.

Empiezan ejercicios de 15.000 soldados de la OTAN y sus socios cerca de las fronteras de Rusia

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Por lo tanto, los países de Europa del Este piden el desplazamiento de grandes contingentes para proporcionar defensa aérea y de otro tipo: no se trata de que haya una división completa permanente en cada país, sino el despliegue de equipos de la OTAN con antelación, así como miles de fuerzas adicionales listas para actuar en caso de crisis. Según la propuesta, se desplegarían permanentemente unos 6.000 soldados en cada país, frente a los 2.000 que había antes de febrero.

Además, los países mencionados también insisten en que la Alianza revoque el Acta Fundacional de la OTAN-Rusia de 1997, que establece que las dos partes “no se consideran adversarios”, y la mayoría de los funcionarios de la organización están de acuerdo con esto.

Prudencia

Sin embargo, hay quienes no están dispuestos a rechazar el Acta, ya que creen que sería útil para la futura coordinación entre la OTAN y Rusia. Algunos países también desconfían de aceptar un despliegue a gran escala, que sería costoso y debilitaría las fuerzas en otras regiones.

“Tendremos una paz que construir mañana, nunca lo olvidemos”, dijo recientemente el presidente francés, Emmanuel Macron, advirtiendo contra las acciones que harían imposible la futura cooperación con Rusia.

Por su parte, funcionarios de EE.UU. también consideran que el despliegue permanente de un gran número de tropas de la OTAN en el Este sería costoso y engorroso. En cambio, proponen unas medidas preventivas, como el despliegue de equipos por adelantado y una nueva estructura de mando, que permitan a la OTAN aumentar rápidamente sus fuerzas en estos países.

Por ejemplo, durante una audiencia del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes el mes pasado, el jefe del Estado Mayor estadounidense, Mark Milley, comentó la idea de establecer bases militares permanentes con personal rotatorio en Europa oriental. “Mi consejo sería crear bases permanentes pero que no estén estacionadas de forma continua. Así se consigue el efecto de permanencia mediante fuerzas de rotación que circulan por las bases permanentes”, dijo.

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