En los países con tradiciones judeo cristianas se celebran las navidades como recordatorio del nacimiento de Jesús. Al margen de que las personas tengan creencias religiosas o no, ya la navidad ocupa parte de la cultura de los pueblos que compartimos esas tradiciones.

Desde el punto de vista de la Terapia Familiar, es muy notable como se producen encuentros familiares y celebraciones que activan muchos triángulos en la familia. 

Se generan afectos entre familiares y amigos; pero es muy común ver como algunos triángulos activados entre familiares y amigos crean, en ocasiones, chismes, conflictos y malas querencias. 

En lo sentimental se reinician algunas relaciones que estaban rotas, y pueden ocurrir roturas de relaciones. Para los que han terminado relaciones algunos meses antes de la navidad, puede ser una época que reactive  el duelo y cree mucho dolor. 

Para quienes han perdido seres queridos en años recientes, o en el mismo año, se reactiva el duelo y se recuerdan eventos vividos con la persona que falleció.. Esto afecta a la pareja, hijos y amigos muy cercanos.

Conocer la actividad emocional que se genera en la Navidad nos puede ayudar a prepararnos para que el dolor del duelo sea más llevadero y tratar de no mantenernos aislados, en esta época, como forma de aminorar la tristeza.

Para quienes no tienen situaciones que generen recuerdos tristes y de luto, es una hermosa época para fomentar y cultivar nuestros vínculos con familiares y amigos y es un momento para recordar y agradecer a Dios el hermoso regalo que nos dio al humanizarse y permitir que Jesús pueda vivir en nuestros corazones.

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