Santo Domingo, RD.- Los gimnasios generan empleos, pagan impues­tos, capacitan personas, piden dinero prestado y hasta mejoran la salud fí­sica y mental, pero estos negocios no han corrido con la misma suerte que los restaurantes, los hote­les o las plazas comerciales ante la crisis sanitaria por el coronavirus.

Justo cuando la indus­tria fitness estaba en auge en República Dominicana y más personas se motivaban por mejorar su estilo de vi­da, llegó el COVID-19 y los gimnasios tuvieron que ce­rrar sus puertas pasando de ser una industria en vía del crecimiento a un nego­cio inestable, tanto para sus dueños, como para los tra­bajadores y los clientes.

Cierres

Los empresarios de esta in­dustria han estado en un vaivén, ya que han abier­to y cerrado sus negocios en varias ocasiones duran­te el período de emergen­cia. Muchos gimnasios han tenido que cerrar definiti­vamente, incluso cuando la pandemia apenas tenía po­cos meses.

En las últimas semanas, los dueños y representan­tes de gimnasios formales no aguantaban más y mar­charon y reclamaron hasta que sus deseos fueron órde­nes y este 26 de enero vuel­ven al ruedo, pero, ¿qué tanto aportan estos tipos de establecimientos a la econo­mía dominicana y qué están perdiendo ellos?

Algunos clientes han reti­rado su membresía, dejan­do grandes pérdidas de in­gresos a los gimnasios. Uno de estos casos es el del pre­sidente de la Asociación Na­cional de Dueños de Gim­nasios, Amaury Morel, quien manifiesta que ya su negocio ha tenido una de­cadencia que ronda el mi­llón de pesos, cuando solo tiene una inversión total de cinco millones.

Él lamenta que aunque el negocio esté cerrado, debe seguir pagando el préstamo que tiene e ir al lugar a lim­piar las máquinas para que no se dañen, además de que sus colaboradores no están incluidos en FASE.

“Nosotros dejamos de gene­rar todos estos días que te­nemos cerrados. Estamos al borde de perderlo todo aun­que ya gracias a Dios, el Go­bierno va a tomar medidas para nosotros poder recu­perar todo lo perdido”, co­menta Morel.

“¿Y en qué más invier­ten ustedes?”, fue una de las preguntas de es­te medio a las que Mo­rel respondió que él y sus colegas pagan impuestos cuando importan la ma­quinaria de los gimna­sios, así como los suple­mentos alimenticios. Él cree que su inversión es poca, ya que hay nego­cios que tienen invertido hasta RD$15 millones.

Sin embargo, la Direc­ción General de Impuestos Internos (DGII) establece que se encuentran exentos del pago del ITBIS los ser­vicios de salud, entre los que se encuentran los gim­nasios.

Pérdidas

El especialista en fitness, Juan Carlos Vargas, lamen­ta que el Gobierno avise “de un día para otro” el cie­rre de los gimnasios aunque ve ya una esperanza con su reapertura este miércoles. Para él, cada vez que estos establecimientos dejan de operar, pierden más clientes porque el mensaje que se le manda a la gente es que no son sitios seguros del CO­VID-19.

Vargas, quien pertenece a la Asociación Empresarial Dominicana de Gimnasios, Bienestar y Deporte, estima que este sector aporta cerca de 25,000 empleos forma­les al país .

CERRADOS
Con gastos

Pese al cierre de los gim­nasios, sus responsabili­dades y aportes al fisco no cesaron.

Los gastos que conlle­van estos negocios son la potencia fija de la elec­tricidad, internet, agua, telecable, energía de las áreas comunes, pasi­vos laborales, préstamos bancarios y teléfono.

Los gimnasios deben pagar impuestos a la So­ciedad Dominicana de Productores Fonográfi­cos por el uso de la mú­sica, a la Sociedad Ge­neral de Autores, Com­positores y Editores Dominicanos de Música, entre otros.

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