El ministro de Defensa, Iván Velásquez, cuestionó esa medida cuando no hay conversaciones en marcha.

El Gobierno de Gustavo Petro cuestionó este martes la necesidad de dar una prórroga al cese al fuego cuando no existe un diálogo activo con las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

“¿Para qué un cese sin diálogo? Porque aquí el asunto no es que el Ejército esté reclamando una suspensión de acciones en su contra, por el contrario, las fuerzas militares están con toda la disposición y la voluntad de, cumpliendo los mandatos constitucionales, actuar como le corresponde de acuerdo con la normativa vigente”, dijo el ministro de Defensa, Iván Velásquez. 

El pasado 16 de octubre, se inició el cese al fuego entre el Gobierno y el Estado Mayor Central (EMC), uno de los grupos disidentes de las FARC. Las partes acordaron que el alto a los combates sería por tres meses, para concluir el 15 de enero de 2024. 

No obstante, el 5 de noviembre, el EMC suspendió la mesa de diálogos y la agenda pactada, argumentando incumplimientos por parte del Gobierno. En los días previos, las conversaciones se enfriaron tras la militarización del Cañón del Micay, un territorio ubicado en el departamento del Cauca que estuvo tomado durante años por el EMC.

Después de este ‘impasse’, el jefe negociador de la Administración de Gustavo Petro, Camilo González Posso, anunció el 15 de ese mes que se retomarían las “reuniones programadas” con los voceros del grupo disidente.

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