Según un equipo de científicos de EE.UU., se necesitaría lanzar 10 millones de toneladas de polvo para reducir la luz solar unos 6 días al año.
Científicos de la Universidad de Utah y del Observatorio Astrofísico Smithsonian han propuesto lanzar una nube de polvo desde la superficie lunar para dar sombra a la Tierra y combatir así el cambio climático.
El estudio, publicado en la revista científica PLOS Climate, estima que para lograr atenuar la luz solar un 1,8 %, aproximadamente unos 6 días al año, se necesitaría lanzar más de 10 millones de toneladas de polvo desde la superficie de la Luna o desde una estación espacial ubicada en el punto cósmico Lagrange L1, entre la Tierra y el Sol.
Según los investigadores, que realizaron los cálculos mediante simulaciones por ordenador, la efectividad de este enfoque depende del método de lanzamiento, el tipo de órbita, así como también del tamaño, la forma y la composición de las partículas del polvo, cuyo origen podría provenir de la Tierra, la Luna o un asteroide desviado.
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Asimismo, explicaron que el tiempo que pueda persistir la masa de polvo entre la Tierra y el Sol antes de que las fuerzas gravitatorias la dispersen influirá en su capacidad de actuar como escudo contra el Sol.
En ese contexto, los científicos consideran que la estrategia más prometedora es lanzar la nube de polvo desde la Luna en una trayectoria balística que cruce por el punto L1, aprovechando la disponibilidad de regolito lunar, la energía solar en la superficie lunar y la baja velocidad de escape, lo que supone un bajo costo de energía cinética en comparación con un lanzamiento realizado desde la Tierra.
“Es interesante contemplar cómo el polvo lunar, que tardó más de 4.000 millones de años en generarse, podría ayudar a resolver el cambio climático, un problema que nos llevó menos de 300 años crear“, dijo Scott Kenyon, uno de los autores del estudio.
Los expertos aseguran que, a diferencia de las estrategias desarrolladas en la Tierra para mitigar el cambio climático, esta inusual propuesta, que ayudaría a reducir la cantidad de luz recibida, no supondría impactos a largo plazo para el planeta o para su atmósfera.