Esta semana el cohete propulsor Super Heavy estalló en llamas durante un lanzamiento de prueba en tierra.

La compañía aeroespacial SpaceX podría utilizar su torre de lanzamiento Mechazilla, con sus brazos conocidos como ‘palillos chinos’ (‘chopsticks’), para intentar atrapar el cohete propulsor de la nave espacial Starship a su regreso de la primera prueba de vuelo, lo que significaría un cambio en sus planes.

“El propulsor hará un regreso parcial y aterrizará en el golfo de México o hará un regreso completo con un intento de captura”, señaló Michael Baylor, de NASASpaceFlight.com, quien tuvo acceso a los documentos enviados por la empresa de Elon Musk a la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU.

Mechazilla entra en acción: la enorme torre-grúa de SpaceX levanta por primera vez el cohete Super Heavy

Mechazilla entra en acción: la enorme torre-grúa de SpaceX levanta por primera vez el cohete Super Heavy

El plan original de SpaceX, presentado el año pasado, establecía que ambas etapas del cohete terminarían en el océano; el propulsor denominado Super Heavy caería en el golfo de México a unos 32 kilómetros de la costa, mientras que la etapa superior, después de completar una órbita parcial alrededor de nuestro planeta, descendería frente a la costa noroeste de Kauai, en Hawái.

Si la empresa prosigue con la nueva idea será un desafío, ya que nunca antes se había intentado algo como lo planeado. Además de regresar a Starbase, el propulsor de 70 metros de altura tendrá que orientarse por encima del soporte de lanzamiento de 122 metros de altura y realizar un descenso controlado. Para asegurar un aterrizaje vertical seguro, los dos brazos denominados ‘palillos chinos’ guiarán al cohete hacia su objetivo.

Una maniobra arriesgada

No obstante, Eric Ralph, del portal Teslarati, advirtió que la maniobra podría implicar varios riesgos. “En el caso de anomalías durante un intento de aterrizaje, Starship o Super Heavy podrían impactar accidentalmente contra la torre de lanzamiento, dañando o incluso destruyendo la estructura, que tiene el tamaño de un rascacielos”, explicó. 

“En última instancia, el inmenso riesgo que representa cualquier intento de captura significa que, a menos que SpaceX haya logrado milagrosamente que el diseño de todo lo involucrado sea casi perfecto en su primer intento, la compañía tendrá que ser extraordinariamente cautelosa y gastar una gran cantidad de naves y propulsores para evitar que la única torre de lanzamiento de Starship quede inutilizable”, agregó Ralph.

En tanto, esta semana el propulsor Super Heavy estalló en llamas durante un lanzamiento de prueba en tierra en las instalaciones de la empresa aeroespacial en Boca Chica, Texas. VIDEO: Un propulsor de Starship estalla en llamas durante un lanzamiento de prueba en tierra

Posteriormente, Musk informó que el cohete sufrió daños menores pero que era necesario “inspeccionar todos los motores”.

SpaceX busca transportar tanto carga como personas a la Luna y a Marte mediante las naves reutilizables Starship. Cada vehículo será capaz llevar más de 100 toneladas de carga, así como 100 pasajeros al mismo tiempo. La empresa planeaba utilizar un propulsor Super Heavy en un próximo vuelo de prueba sin tripulación, pero es probable que estos planes puedan verse retrasados como resultado de la prueba fallida de este lunes.

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