Las autoridades venezolanas han desvelado la trama de un presunto plan magnicida y desestabilizador.

El ministro de Comunicación e Información venezolano, Freddy Ñáñez, afirmó este viernes que España “es el epicentro de una nueva conspiración” contra el país suramericano, que es dirigida por EE.UU. para inocular una “guerra civil”.

En su programa Cable a Tierra, el también vicepresidente sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo aseveró que las presuntas acciones “desestabilizadoras” son realizadas a través del Centro Nacional de Inteligencia española (CNI), al que señaló de estar “bajo las directrices” de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).

Con estas afirmaciones, el titular de Comunicación aludió a la captura en territorio venezolano de los españoles Andrés Martínez Adasme y José María Basoa Valdovinos, quienes habrían confesado sus vínculos con el CNI. España ha negado que pertenezcan a ese organismo adscrito al Ministerio de Defensa.

Sobre estas detenciones, el titular de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, descartó esta semana que los detenidos fueran “turistas”, como ha sido difundido en la prensa internacional. Según las pesquisas de las autoridades venezolanas, las pruebas que se encontraron en sus teléfonos móviles confirmarían que fueron contratados como “mercenarios” por la central de inteligencia española.

Los vínculos con EE.UU.

Caracas ha responsabilizado de dirigir el plan terrorista a Wilberth Joseph Castañeda, “un operador especial de aire, mar y tierra”, integrante del grupo de élite conocido como ‘Navy Seal’, de la Fuerza Armada estadounidense, que ha participado en operaciones de combate en Afganistán, Irak y Paskistán, entre otros.

Castañeda, capturado en el estado Aragua, a una hora de Caracas, sería el líder de un grupo denominado Comando AZ, que habría sido contratado por la CIA, según reveló Cabello.

En la nación suramericana también se incautó un lote de 400 armas, entre las que se encontró un fusil de uso exclusivo de las fuerzas militares estadounidenses, aseveró Maduro en el programa televisivo donde lo exhibió esta semana.

“¿Sabe el Gobierno de EE.UU. que tenemos este fusil y otro armamento que fue introducido por la CIA a Venezuela para ataques terroristas?”, se preguntó.

Reclutamiento de mercenarios

De acuerdo a las versiones preliminares de las autoridades venezolanas, la central de inteligencia española estaría detrás de labores de reclutamiento de “mercenarios” y “terroristas” para que operen en el país suramericano.

“El Centro Nacional de Inteligencia española está metido hasta el cuello en esta operación“, expresó el titular de Interiores, luego de interrogar a los detenidos.

Aparentemente, los planes contemplarían el magnicidio del presidente venezolano, Nicolás Maduro, así como atentados contra la vida de la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, y de otros altos funcionarios. Del mismo modo, tenían previstos ataques contra los sistemas eléctrico, de transporte, de distribución de agua e informáticos estatales.

¿Y Edmundo González?

El excandidato presidencial Edmundo González, que abandonó Venezuela con destino a España, se encuentran en el centro del huracán informativo tras la filtración del documento en el que reconoció el fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que ratificó la reelección de Maduro.

El ministro de Comunicación venezolano considera que el delfín de la opositora María Corina Machado ahora está en manos de la derecha española, que lo usa como arma a conveniencia.

Lo toman como bandera para hacer oposición sin escrúpulos, sin vergüenza, contaminados con el germen autoritario”, dijo en su espacio en las redes. En opinión del ministro, lo que se espera es “una ofensiva internacional contra Venezuela usando a González”.

En medio aclaraciones y desmentidos, el Gobierno español se ha visto salpicado debido a que el encuentro del exbanderado de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) con el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, ocurrió en la residencia del embajador español, Ramón Santos.

Según González, Santos habría sido “testigo” de las “coacciones” que supuestamente se habrían esgrimido en su contra para que abandonara el país, cuestión que ha sido rebatida con pruebas por Rodríguez.

Ante esas versiones, el canciller español, José Manuel Albares, desligó a su Gobierno de lo ocurrido y afirmó que le corresponde a González “aclarar lo sucedido”. Del mismo modo, ratificó que el embajador solo estuvo allí para garantizar su llegada al país europeo, sin haber participado en ningún tipo de “coacción”.

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