Las parejas van a terapia con dos cónyuges que están decididos a demostrar que el otro es el villano. Que todos los males del universo y de su hogar son por causa de la mujer o del hombre. Se consideran víctimas de la otra persona.

Ambos son víctimas de un sistema de pareja que ellos crearon, de una comunicación hiriente y cruel, con falta de reglas o un exceso de ellas. Un sistema de pareja que no enfrenta los conflictos para solucionarlos, sino que involucran a terceras personas. 

Algunas veces han creado un sistema donde se permite el engaño y la deslealtad. Hay sistemas conyugales donde se les permite a ambos miembros ser irresponsables. 

En otros, hay un cónyuge responsable y el otro es irresponsable: no quiere colaborar en la casa, no le gusta trabajar o no conserva los trabajos.

Existen parejas en las que se estimulan y se permiten las adicciones. Dicha adicción puede ser al alcohol, drogas, juegos, pantallas, etc.

Somos artífices, arquitectos y constructores de nuestra felicidad o desdicha en la pareja, salir de pautas de dolor requiere cambios en el sistema y un compromiso de ambos cónyuges. 

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