Lidiar con la existencia es luchar contra las adversidades y tener las ganas de vivir como una meta.
Es también encumbrarse en las alas de la buena actitud para sobrellevar la vida, cuando todo se derrumba a nuestro alrededor. Es continuar cuando nuestra fe empieza a fallar.
A veces no hemos visto el tablero completo. No entendimos la movida del creador y nuestra fe se debilita, sin entender que desde fuera alguien contempla que al final será para nuestro bien y que las cosas habrán de cambiar.
Hay que luchar con la existencia frente a la muerte, enfermedades, quiebras económicas, deudas y accidentes.