Miguel Ángel Garrido 1867-1908
He aquí un azuano, cuya vida transcurrió en Santo Domingo. Un auténtico emblema del bello decir; de fino esto. En sus escritos y discursos, resaltaba la impresionante galanura de su estilo. La que todo el tiempo utilizó para la defensa a ultranza de los fueros patrios.
Periodista de vanguardia, defensor de la soberanía nacional, permanente guardián de la preservación de su honor como persona humana, lo que se evidencia palmariamente en su aleccionador rechazo a las tentadoras ofertas que le fueron hechas por el tirano Ulises Heureaux, quien trato inútilmente de llevar a este ilustre intelectual al redil de su despreciable y sanguinario gobierno.
En 1902 escribió la obra SILUETAS, que es el desfile de personajes observados a través de los criterios y convicciones del autor, lo por lo cual algunos críticos sin negar la formidable calidad literaria de la obra, opinaron que los juicios expresados en la misma tenían algo de sentimental.
Una faceta muy loable que resalta en la vida de este excepcional artista de las letras, fue su viril intransigencia ante los acuerdos arribados en la Convención Dominico-Americana, por entender que se atropellaba la soberanía nacional. Con esta postura demostró una vez este ilustre ciudadano su encendido amor a la patria.
Dada su sinceridad que era tan propia para difundir los principios que procesaba, en ocasiones no fue completamente comprendido por sus contemporáneos.
En esta breve semblanza de Miguel Ángel Garrido procede destacar que era: Generoso, incapaz de felonía alguna, defensor del honor en todas sus manifestaciones y cómo se conmovía cuando una persona o cosa conducía su espíritu hacia recuerdos de su patria chica: Azua de Compostela.