Un padre puede tener muchas razones para abandonar a un hijo. 

En la consulta con parejas salen muchas historias de abandono en la infancia. 

Un padre irresponsable que abandona su familia o una madre que deja a sus hijos bajo el cuidado de una tía o abuela. Ese abandono deja marcas y huellas para toda la vida y en algunos ya adultos se conserva el miedo. 

En el futuro esos hijos pueden ser inseguros en sus relaciones de pareja o desarrollar celos.

Algunos desarrollan resentimiento por el abandono de uno de sus padres y eso dificulta la relación por la injusticia que entienden se cometió contra ellos siendo niños.

Hay otros padres que son periféricos. Son aquellos que viviendo con sus hijos descuidan la protección de los mismos. No les supervisan ni investigan cómo están sus sentimientos, se preocupan más por su placer y bienestar que el de ellos.

El afecto, cuidado y disponibilidad del padre y la madre en la infancia, es vital para el buen desarrollo emocional de los niños. 

Cuando los padres están disponibles, los hijos adquieren un apego sano que les permite ser adultos seguros y sin miedo al abandono.

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